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Voto de Chris Jiménez:
7
Comedia. Aventuras Cuando estás en el instituto nada puede fastidiar tus planes, especialmente si se trata del concierto de Kiss. Pero para llevar a cabo su sueño, Lex, Trip, Hawk y Jan tendrán que hacer de todo: robar un coche, huir del colegio, rescatar a uno de ellos del internado y enfrentarse a madres histéricas y paranoicas. (FILMAFFINITY)
13 de junio de 2021
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Eres joven, tienes un grupo de música y amigos que están locos como tú por asistir al mayor espectáculo de tu vida: ver a tus ídolos tocando a todo volumen en un escenario de la gran ciudad.
Por eso sólo el fan del "rock" y en especial de los grandes KISS está realmente capacitado para aceptar "Detroit Rock City".

Con un libreto (nombrado igual que su famosa canción) pasó a manos del guionista y director Adam Rifkin mientras estaba en la posproducción de su mediocre "The Chase"; si bien la actitud inicial fue de rechazo por razones de presupuesto y permisos, en los siguientes cinco años la cosa cambió hasta el punto de que el mismo Gene Simmons se decidió a producir el proyecto junto con otros seis inversores, pero la historia de Carl Dupré, ambientada en un pasado donde KISS eran como superhéroes antes de recrudecerse la crisis interna que les llevó a grabar aquellos LP's en solitario, chocaba de plano con la realidad que vivía el cuarteto al final de los '90.
Simmons, que siempre ha ido por su lado, se metió de lleno en la película sin comunicar nada a sus compañeros, y una vez éstos estuvieron dentro sólo se avergonzaron de su actitud controladora durante toda la producción (si bien siempre aparecen diferentes versiones de la historia); pero este clima de hostilidad, que erosionó aún más la relación entre aquél y Stanley, Criss y Frehley, parece no estar presente en la obra en sí.

Inicio memorable donde los haya. En la calidez de un hogar protegido por la fuerza de Dios en la Cleveland del '78, una señora hundida en su alcoholismo está a punto de disfrutar de una copa en su sillón creyendo que va a escuchar a los Carpenters...hasta que "Love Gun" revienta el tocadiscos y la quietud en el hogar se acaba, y así en el film, pues si por algo apuesta Rifkin es por la velocidad y la actitud alocada, única forma plausible de contar la aventura a la cual se lanza el cuarteto protagonista, y que tanto recuerda a las ya vistas en los clásicos "Rock 'n' Roll High School" y "I Wanna Hold your Hand", pero con KISS como objetivo máximo de la consumación del amor al "rock" en lugar de los Ramones y los Beatles.
Pese a ciertos detalles nostálgicos y curiosos (la moda, las rivalidades musicales, la actitud) el director falla estrepitosamente al capturar el espíritu de los '70 como conseguía tan bien Linklater en su "Dazed and Confused"; acierta de pleno, eso sí, en la caracterización de personajes para que al espectador joven (al menos al "rockero", como ya he dicho) no le sea difícil sentirse identificado con los perfectamente definidos Hawk, Trip, Lex y Jeremy. Y no lo es en absoluto (significativo, más que ninguno, es el instante en que la madre de éste último prende fuego a los tickets ante su atónita mirada).

Esta lucha cara a cara entre Jeremy y la sra. Bruce, revisión de la madre de Carrie e imagen de la aborrecible Tipper Gore y su cuadrilla de malnacidas féminas contra la obscenidad del "rock", en representación del Bien y el Mal (en este caso el fanatismo religioso y todo lo relacionado con la Iglesia sufrirá un duro ataque en un gesto malicioso y satírico), es lo que mejor sobresale a nivel emocional durante una trama con un poco de ambiente de instituto, su parte de "road movie" y una llegada a la ciudad, agujero de estrépito y violencia, donde nuestros cuatro amigos se separan para lograr las ansiadas entradas para el concierto.
Aunque por el camino hallen más bien los sinsabores de la derrota, la resignación de enfrentarse a su propia suerte y condición y, con motivo de abrir el guión un hueco en el corazón del espectador juvenil, el nacimiento de varios romances simultáneos de la manera más inesperada; toda esta sucesión de acontecimientos, expuestos a un ritmo frenético, viene a ocupar la segunda y más divertida mitad, pero también la más absurda y donde el humor, al estilo de Kevin Smith, Dennis Dugan o el primerizo Jay Roach, toma derroteros estrafalarios, muy políticamente incorrectos y no poco escatológicos.

Esto nos supone un reto: hemos de aceptar y lidiar con la ilógica constante que nos plantea el argumento, desde la nula posibilidad de que Jeremy y su enamorada Beth vuelvan a encontrarse y de que Lex pudiera salir vivo de todos los líos en los que acaba, a las rematadamente tontas introducciones del atracador y los mecánicos sádicos y sobre todo esa resolución tan optimista que no se cree ni el sr. Rifkin. A pesar de todo...¿acaso no le pudo pasar de verdad a algún fan? Esa es la pregunta que al final logra que nos hagamos (al fin y al cabo nunca se le puede pedir mucha sustancia a una comedia para jóvenes).
Su objetivo principal de hacernos pasar un rato divertido y ponernos en la piel del cuarteto lo cumple con creces, de esos impagables y entrañables Edward Furlong, Sam Huntington, Giuseppe Andrews y James DeBello, cuya química en pantalla es simplemente perfecta; y frente a esa genial Natasha Lyonne y la sensual Shannon Tweed, novia de Simmons en aquel momento, una gran Lin Shaye metida en su papel a conciencia, pues nos resultará muy fácil odiarla hasta la muerte. Un buen puñado de referencias musicales (por ejemplo las dos chicas protagonistas, Beth y Christine, tienen los nombres de dos temas de KISS) e históricas hará las delicias de los más "freaks".

Pero poco importaron sus humildes virtudes, como contar con una impresionante banda sonora, pues "Detroit Rock City" tuvo los días contados desde su estreno y fue un desastre absulto. El mal ambiente que se repiraba en KISS, la época, donde ya nadie recordaba los años del auténtico "rock", y la existencia de otro cuarteto de la comedia juvenil que barrió la taquilla (me refiero al de "American Pie") contribuyeron a ello.
Hoy día, como suele pasar con estas obras olvidadas, ha quedado como una joya de culto, y nadie más que los "rockero" de corazón sabemos apreciarlo; ¿qué puñetas nos importan la masa espectadora que de nada de esto entiende, y los críticos? Como dirían los KISS: Rock 'n' Roll All Nite!
Chris Jiménez
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