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Voto de Chris Jiménez:
9
Drama El joven doctor Yasuoto regresa a su pueblo después de estudiar en Nagasaki, pero en cuanto llega sufre una gran desilusión: en lugar de ser nombrado médico del shogun lo envían a una clínica que cuenta con muy pocos recursos y está dirigida por un médico apodado "Barbarroja". Allí, el nuevo interino adopta una actitud arrogante, negándose a usar uniforme y rebelandose contra el resto de médicos. (FILMAFFINITY)
4 de agosto de 2022
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Noboru camina por los pasillos del recinto, observa, entre confuso, indiferente y repugnado; durante esta larga visita guiada por el hospital, nos ponemos en su lugar, miramos con sus ojos y olemos con su nariz.
En efecto, huele a fruta podrida, a cuerpos febriles, este hedor nos impregna, el del calor pegajoso, el de la madera húmeda...

Resulta increíble pero nos acabaremos acostumbrando a este lugar que rezuma podredumbre y muerte de entre sus recovecos, e incluso ya jamás querremos abandonarlo, tal como le sucede al joven. Desde esta llegada hasta el regreso final se ha ido desarrollando un largo ciclo de aprendizaje y conocimiento hasta cerrarse en su extremo opuesto, y a Akira Kurosawa le va a suceder lo mismo cuando finalice el extenso trabajo de tres años de "Akahige", que adapta junto con otros compañeros la novela homónima de 1.958 del maestro de la ficción histórica Satomu Shimizu, compuesta por una serie de pequeños relatos pero construida sobre el mismo lugar y alrededor de los mismos protagonistas.
Sería el auténtico Shosen Ogawa, quien a finales de 1.722 establecería una clínica en Koishikawa atendiendo a gentes de estrato más bajo, el modelo para crear a Kyojo Nide, encarnado por un Toshiro Mifune que ya ha fundado su propia productora y cuya relación con el cineasta atravesará graves tensiones debido a la duración del proyecto, las malas condiciones del rodaje y las discrepancias sobre la interpretación del personaje, siendo el resultado la ruptura definitiva entre ambos. Este es, por tanto, el fin de una era para el nativo de Tokyo, pero un fin grandioso de todos modos.

Empleando materiales de construcción y elementos del mismo periodo en el que se sitúa la historia (finales de Edo), Kurosawa, iniciándola de la misma forma que muchos films de Hiroshi Shimizu (la llegada al lugar donde evolucionará el argumento y su descubrimiento a través de alguien mientras se registra el movimiento humano de un lado a otro de la pantalla), es capaz de transmitirnos ese olor descrito al principio, gracias también al trabajo de Yoshiro Muraki y la fotografía en blanco y negro del dúo Takao Saito/Asakazu Nakai. Regresando al mundo de la medicina, va esmerarse en sumergirnos en este ambiente feudal de mugre, moho, barro, lluvia, descomposición, sangre y maderas ajadas.
Poco a poco se nos infiltrará entre los poros, pero permitiremos que forme parte de nosotros. La razón puede que radique en algo que "Barbarroja" Niide dice al recién llegado Noboru, el insolente que esperaba convertirse en médico del shogun y ha acabado en este pozo infecto de desgraciadas criaturas: "No desvíes la mirada, observa cómo lo hago", cuando cose el costado de una paciente a la que se le salen las órganos; esta orden terminante de soportar la visión de lo insoportable había empapado ya toda la vida del cineasta, en particular desde que su hermano Heigo le llevó a las ruinas que habían quedado tras el Gran Terremoto de 1.923.

Extrayendo tal enseñanza ("Si evitas mirar al miedo de frente acabará apoderándose de tí") este es un relato de pura transmisión, que vuelve a remitir a su ópera prima "La Leyenda del Gran Judo", donde al fogoso Sanshiro le sucede este joven y ambicioso médico mientras al sabio, virtuoso y cultivado maestro Yano este cirujano poco ortodoxo y exigente, pero de mirada única a la hora de desnudar la más pura humanidad desde el lado más cruel y sucio del ser humano. Si bien este choque y luego alianza entre las dos generaciones que reflejan los protagonistas alrededor de un mismo oficio recuerda a otras obras de Kurosawa ("El Perro Rabioso", "Los Siete Samuráis"...), el médico jefe desempeña la misma función reveladora sobre su aprendiz que el cáncer sobre el Watanabe de "Vivir": bifurcar un destino trazado de antemano.
Y así irá sucediendo por medio de otros secundarios, ya que "Akahige" es una historia de diferentes voces y vivencias, con la que el anterior vuelve a la dinámica colectiva que ya empleó en "Los Bajos Fondos" y a sus influencias del realismo de Gorky. El amor del nipón por la literatura rusa cristaliza de mejor manera en su recuperación de la Elena que creó Dostoyevski para "Humillados y Ofendidos", aquí con el precioso rostro de Terumi Niki como Otoyo (inexistente en la de Shimizu), una muchacha que sufre la humillación de la cruel encargada de un burdel.

Este pasaje, que recuerda a los melodramas en ambientes de prostitución de Mizoguchi, es una de las mayores lecciones de humildad, humanidad y resurrección de todo el film, donde la chica, endurecida por una vida de maltrato, vuelve del infierno del nihilismo, la desconfianza y la soledad gracias al insistente cuidado de Noboru.
Cuando ella le cura tras sufrir éste una crisis de agotamiento (bellamente ironizada por Niide), se forma una cadena de esperanza que invierte la espiral de desamparo, prolongada por Otoyo sobre un niño (Choji) que se ha visto impulsado a robar debido al lamentable estado de pobreza de su familia.

(CONTINÚA LA CRÍTICA EN ZONA SPOILER)

Historias construidas con cariño y precisión cirujana (no viene mal el paralelismo) a lo largo de este metraje tan extenso, el cual logra absorbernos de tal manera que es imposible no perder la noción del tiempo y sentirse parte de este rico mosaico humano. El director concluye "Akahige" dejando a su equipo exhausto tras esos tres años de producción como una despedida a todo lo que tiene en la vida.
Es su adiós a Mifune, al blanco y negro, a Toho y a su popularidad, si bien su película alcanzará récords en taquilla, dando así una lección de maestría clásica a los jóvenes y rebeldes cineastas del momento. Mientras aquél, un poco en tierra nadie, está tentado por filmar en el extranjero, y tardará mucho en volver a ofrecer una obra maestra de este calibre...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
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