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Voto de Chris Jiménez:
4
Acción. Fantástico. Ciencia ficción Tres monstruos (Mothra, Godzilla y Rodan) se alían para salvar al Japón (y al mundo entero, occidental y no occidental) de la destrucción a la que se ve amenazado por el terrible monstruo de tres cabezas Ghidorah. (FILMAFFINITY)
11 de marzo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde más allá del Espacio exterior un nuevo peligro se cierne sobre todos nosotros; de este modo el ser humano va a presenciar una espectacular guerra entre criaturas terribles.
El causante de todo: Ghidorah, el dragón espacial de tres cabezas.

Toho se frotaba las manos con el éxito que estaba teniendo en cines, dejando fuera de competición y sin problemas a otros títulos que intentaban atraer a la gente con las propuesta de los bichos gigantescos; la última peripecia del lagarto atómico, "Mosura contra Godzilla", fue realmente beneficiosa y los ejecutivos no querían dejar pasar la oportunidad de que acabara el año sin ofrecer otra entrega, de este modo las fechas de Diciembre se establecieron como perfectas para atraer de nuevo al público. Esto trajo consigo algunas consecuencias considerables.
Dado que un nuevo estreno se preparaba para la época navideña, el productor Tomoyuki Tanaka propuso a Shinichi Sekizawa cambiar la actitud de su criatura estrella, no levemente sino de manera radical; en efecto, al sr. Ishiro Honda se le empezaron a remover las tripas cuando el guionista le habló de estas decisiones. "Estamos escogiendo el camino más fácil...los adultos se burlarán de la película y nuestros jóvenes fans no tolerarán este tipo de historias, que por ridículas no quiere decir que vayan a ser entretenidas". dijo furioso. Pero pocas elecciones tuvo ante la manada de los productores (los verdaderos monstruos de la compañía).

Así que esta 5.ª entrega de la saga, con el jugoso título "San Daikaju: Chikyu Saidai no Kessen", viene a reinventarlo absolutamente todo, a establecer las directrices que habrá de seguir en los siguientes años; es la primera gran revolución de "Godzilla" en su era original. Para empezar son introducidos invasores extrarrestres en la trama, algo casi lógico teniendo en cuenta que este subgénero de la ciencia-ficción era muy popular no sólo en EE.UU., sino en todo el Mundo; Sekizawa imagina una intriga fantástica y no poco risible acerca de una conspiración contra una princesa de otro planeta (Selina), que llega a La Tierra casi por accidente.
Pero entonces algo chirriante: las intenciones de Toho acerca de asumir el nuevo rumbo se expresan literalmente en pantalla a través de un programa de televisión que ven los protagonistas (Shindo, detective encargado de proteger a la princesa, y su hermana Naoko, periodista) con su madre. En él unos niños están deseosos de volver a ver a Mosura, y aparecen de la nada las hermanas Ito ofreciendo a los teleespectadores esa posibilidad; sin trampas ni cartón los productores nos están diciendo que todo esto se ha convertido en un espectáculo de entretenimiento, para niños y mayores.

Mientras, la princesa cambia de parecer y ahora hace las veces de profeta para alertar a la población acerca de un gran peligro mientras unos mafiosos (¿?) intentan asesinarla; esforzándose resignado, Honda trata con mucha velocidad y un delirante colorido no poco deudor de "James Bond" toda esta intriga atestada de acción y sinsentido (más aún cuando nos quieren dar detalles científicos o brota el aspecto dramático acerca de Selina). Y si bien es cierto que la recuperación de Mosura y sus dos pequeñas amigas no es santo de mi devoción (jamás me gustó la historia de la película orginaria), amén de tampoco guardar conexión alguna con el enredo de la princesa y sus captores, sí tiene su explicación.
¿Cuál? El entretenimiento, ¿y qué mejor que el proporcionado por la intervención de más y más bestias en pantalla? Porque la polilla (aquí en su estado de larva) no es la única en tomar protagonismo; así como así regresa el pterodáctilo Radon, y Godzilla emerge del fondo marino en su forma más clásica. Si bien se mantiene la esencia destructiva y despiadada con ambos batiéndose y al mismo tiempo haciendo añicos pueblos y ciudades enteros, el giro absoluto se produce con la presentación de Ghidorah, dragón llegado del Espacio y el más legendario villano que hubo en la saga, gracias al increíble diseño que logró Eiji Tsuburaya y su equipo.

Aprovechando la inclusión de cuatro monstruos en el film, éstos no escatiman en dar al fan lo que desea: hay destrucción masiva y explosiones por doquier...sin embargo el error más grande será "humanizar" a dichos monstruos y despojarles de su actitud terrorífica. Y con Mosura actuando de mensajera de la paz y la benevolencia, cómo no, tendremos el placer (¿o la desgracia?) de ver a todos estos bichos terrestres uniéndose contra el dragón cósmico, convirtiéndose en todo un festival tan surrealista y absurdamente "kitsch" que resulta delicioso, pese a la enorme cantidad de humor introducido de por medio (impagable ver a la larva enganchada a la cola de Godzilla mientras éste fríe a puñetazos cual boxeador furioso a Ghidorah).
Impensable, ¿verdad? Los antiguos destructores de la Humanidad son ahora sus salvadores, batallando contra fuerzas externas; ni más ni menos que un espectáculo destinado a divertir a padres e hijos. Los protagonistas humanos (a excepción del inesperado rescate de Takashi Shimura, capaz de aportar solemnidad y fuerte carga dramática incluso al peor de los productos) no merecen ni mencionarse; parecen estar haciendo todo lo posible para soltar con credibilidad sus disparatados diálogos y creerse las acciones de sus personajes; en especial Akiko Wakabayashi, quien para mi desgracia no es triturada en las fauces de Ghidorah, como deseaba...

La respuesta no fue un bombazo pero sí lo suficientemente buena como para seguir abordando hazañas increíbles con Godzilla al frente, a partir de ahora aliado, claro. Lo siguiente sería verle nada menos que en el Espacio junto a Radon dejándose la piel para vencer de nuevo al dragón de tres cabezas.
La saga toma derroteros realmente surrealistas...pero Honda se está hartando muchísimo con ello. Esta fue, por cierto, la última vez que aparecían las Peanuts como sacerdotisas de Mosura.
Chris Jiménez
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