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Voto de Chris Jiménez:
7
Bélico. Acción Abril de 1945, la guerra está a punto de acabar. Al mando del veterano sargento Wardaddy (Brad Pitt), una brigada de cinco soldados americanos a bordo de un tanque -el Fury- ha de luchar contra un ejército nazi al borde de la desesperación, pues los alemanes saben que su derrota estaba ya cantada por aquel entonces. (FILMAFFINITY)
6 de mayo de 2024
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Un monstruo de más de 30 toneladas, armado con tres cañones y tres ametralladoras, capaz de dirigirse a más de 40 km/h en campo abierto y ocupado por cinco hombres protegidos por un blindaje de 90 mm. de espesor con un único objetivo: hacer pedazos al enemigo alemán.
Sin concesiones y sin reparos, porque esto es la invasión.

Aunque en la producción de David Ayer destaquen sobre todo películas de acción intensas, crudas y adrenalínicas, siempre ha estado ligado al género bélico, que consumía desde su infancia; además viene de tradición militar y sirvió en la marina en la época de Ronald Reagan, así que de algún modo "Fury" sirve de tributo a todo lo que aprendió y le enseñaron, inspirado principalmente por el algo controvertido libro de Belton Cooper "Death Traps", donde narraba sus memorias de la 2.ª Guerra Mundial como soldado de la división blindada.
Este puede ser el mayor aliciente para los que somos fans del bélico, porque un servidor al menos nunca ha visto una historia enfocada en dicha división, en la vida de aquellos hombres que a bordo de carros como el M4-A2 Sherman tenían que abrirse camino a través de las filas enemigas, en sus vidas dentro de semejante armatoste. Y Ayer, sin dejar de ofrecer espectáculo al público como buen cineasta de códigos hollywoodienses que es, quería ante todo realismo y originalidad (difícil de conseguir esto) mientras obligaba a su elenco de estrellas a realizar duros entrenamientos para representar el combate ante la cámara de la manera más fiel posible.

Se nos sitúa en los estertores de la contienda, cuando las tropas aliadas asedian ciudades a lo largo del territorio alemán y supuestamente respetando el lema de la Proclamación de Eisenhower "Llegamos como un ejército, no como opresores", con un protocolo establecido para desalojar a los habitantes de manera pacífica...aunque una cosa es lo que los papeles decían y lo que aquellos militares hastiados, sin suficiente suministro, ni preparación ni siquiera munición, hacían en realidad. Desde el primer plano sabemos que esta es una lucha de buenos y malos, y el malo es el tipo que acaba con el ojo apuñalado por un Brad Pitt que sin miramientos se lanza sobre él.
El tanque es un hogar para los soldados "Coon-ass" (repelente Jon Bernthal), "Gordo" (Michael Peña, por eso de añadir color al grupo) y "Bible" (Shia LaBeouf, quien, en su línea, no se llevó bien con nadie durante el rodaje), comandados por el veterano "Wardaddy", mientras fuera la campiña de Oxforshire simula la Alemania en plena ocupación de 1.945. Pero claro, hay que pasar por clichés, y Ayer usa el que menos me gusta: que la historia se cuente desde los ojos de un recién llegado al escenario; el joven Logan Lerman como el mecanógrafo Ellison nos guía a través de esta tierra extraña donde hay que asesinar o ser asesinado y nos presenta a los no muy educados ni sensibles veteranos.

Esta es una maniobra innecesaria y repetida hasta la saciedad unida a una mentalidad muy hollywoodiense: dar al espectador alguien con quien identificarse, cuando sería mucho mejor dejar que por su propia cuenta se identificara con los personajes que considere oportuno, sin verse forzado a ello. Por otro lado, y a pesar de que los alemanes son un enemigo algo impersonal, no existe esa tan criticada propaganda por ningún sitio en "Fury" porque no se esboza a soldados piadosos ni de moral intachable (puede que "Bible" hable de religión cristiana pero, mientras, el sargento (Pitt parece recién llegado de "Malditos Bastardos") obliga al inexperto muchacho a acribillar sin compasión a un alemán arrodillado...).
Lo que hay son hombres hartos de luchar y de morir, que un día estuvieron en la piel de Ellison mientras otro sargento les ordenaba matar; no hay blancos y negros aquí (pero tampoco hacía falta que Ayer me lo justificara por medio de esa escena tan larga, tan incómoda y repulsiva en la que "Wardaddy" y Ellison encuentran a dos mujeres en un edificio y se ponen cómodos en su casa cuando de repente son abordados por los del resto del grupo; suceden muchas cosas durante este corto tramo, se exponen multitud de personalidades, y resulta ser un añadido sin pies ni cabeza porque no guarda ninguna relación con el resto del film).

La trama se construye de una manera casi episódica, hilvanando situaciones, pero dicha escena pareciera que surgió durante el rodaje y el efecto es horrible y desorganizado (no estaría mal que el chico recordara a la pobre Emma al final, pero no, qué más da...) y si Bernthal ya caía mal ahora sólo deseas verle convertido en gravilla por un obús alemán. El último acto (que podría haber abarcado toda la película si se hubiera escrito mejor el guión) se centra en el quinteto y olvida a los demás secundarios: basándose en una de las experiencias descritas en la novela de Cooper, Ayer regresa al bélico menos realista y más aventurero manteniendo en el Sherman a los protagonistas contra una oleada de soldados nazis.
El espíritu de "Doce del Patíbulo", "Hell is for Heroes" o "La Colina de la Hamburguesa" (hay mucho de Vietnam en esta 2.ª Guerra Mundial) lleva el tono y la violencia a cotas casi surrealistas, pero en pantalla esto se traduce en un ruidoso disfrute de cuerpos volando por los aires, proyectiles que iluminan la noche como lásers de "Star Wars" y fuego, carne, humo, metralla y tierra por doquier. Esto es una delicia para todo aquel que sepa apreciar el género en su más espectacular forma; el de Illinois no se anda por las ramas, su estilo es crudo y su ritmo rápido, un digno heredero de artesanos como Siegel o Fuller, que muestra la violencia de frente, sin hacer ascos a la brutalidad.

Por otro lado, al igual que Ford, nos enseña lo que significa la camaradería masculina, la sensación de hermandad en situaciones de pesadilla e inhumanidad.
Al final no hay quien crea que "Fury" pudiera representar un episodio real en ningún momento de la guerra, pero tampoco pierde su mérito de entretenimiento de primera clase.
Chris Jiménez
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