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Voto de Espilberg:
7
Thriller. Drama Nueva York, 1988. La difusión de un nuevo tipo de droga ha traído una oleada de crímenes. En inferioridad de condiciones frente a las viejas y nuevas bandas de traficantes, la policía pierde por término medio dos agentes al mes. Bobby Green (Joaquin Phoenix), el encargado de un club de Brooklyn frecuentado por la mafia rusa, intenta mantenerse al margen del conflicto. Pero Bobby guarda un secreto: tanto su hermano, el teniente Joseph ... [+]
17 de abril de 2008
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué puede esperar ahora uno del cine policíaco? ¿Algo nuevo? Pues sí, novedades en este género son muy bien recibidas. ¿Pero son fáciles de encontrar? Para nada. De hecho, peliculones como American Gangster explotan la fórmula sin innovar en ningún aspecto, pero son capaces de conseguir una calidad sorprendente. La Noche es Nuestra pertenece también a esta grupo.

La película es una especie de mezcla entre cine policíaco e intenso drama. ¿Novedades? Como digo, muy pocas. Pero donde no innova el guión, consigue resultados muy meritorios. El desarrollo de la historia es frenético, ofreciéndonos situaciones donde predominan los giros de guión, y el suspense propio del cine policial. En momentos puntuales el guión podría calificarse de sobresaliente. La historia policial es muy corriente, el drama es conmovedor: los personajes están reducidos básicamente a la familia policial y a Amada, el personaje interpretado por Eva Mendes. El conflicto entre todos ellos es sin duda lo mejor de la película, un conflicto duro. Todos consiguen conectar con el espactador, que sufre junto a ellos. No obstante, no se puede negar que el resultado sea un poco tópico: ciertos momentos están ya demasiado vistos, por lo que desde los quince minutos te haces una idea general de lo que va a ser la película durante todo el metraje. Igualmente, tampoco se puede negar que el guión acumula todos los defectos de los que hace gala en el tramo final: resulta insípido y muy convencional, sobretodo los flojos últimos cinco minutos, rematados con el peor plano final y la peor frase que puedan cerrar una película.

La dirección no destaca tampoco en ningún aspecto, aunque no es mala ni por asomo. En las escenas de acción no se anda con rodeos, y el montaje olvida frenetismos y un desarrollo confuso que actualmente parece tan estar de moda. En ciertos momentos, como esa impresionante escena de la persecución la dirección alcanza el grado de sublime. No obstante, a veces pierde un poco el rumbo y algunos planos ya están muy vistos.
Joaquin Phoenix logra realizar una muy buena actuación, que no llega a ser de las mejores pero sí sobresale. Robert Duvall también destaca con su figura de padre que, a pesar de ser también (para variar) muy manida, consigue ser amable y dura a partes iguales. Mak Walbergh, por el contrario, está muy flojito... No es un buen actor, hay que reconocerlo, y aquí se esfuerza, pero a duras penas llega al pasable. De Eva Mendes no digo nada que no os imaginéis. Solo su doblaje consigue que de la sensación de que actúa bien.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Espilberg
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