Conseguir mostrar en apenas dos horas toda una epopeya nacional americana, mostrar el desencanto de toda una nación en los años sesenta y setenta, con Vietnam de fondo, los presidentes republicanos de la época, el movimiento subversivo interno de la nación estadounidense y hacerlo al tiempo que se muestra la tragedia personal de un padre ante los actos de una hija a la que ni entiende ni es capaz de olvidar, todo eso a la vez, es tarea compleja. McGregor lo intenta, basándose en una obra literaria de postín, con actores más que solventes pero que, sin embargo, no llegan al alma de lo que pide la novela. La tragedia se queda en drama, bien ambientando, bien resuelto, con interpretaciones sólo correctas. Una película que se ve con agrado pero sin emoción. No se explican bien algunas reacciones del personaje central, la hija, una correcta Dakota Fanning. Pudo ser más, y eso que yo no he leído el libro, supongo que quien lo haya hecho se sentirá decepcionado con la película. Yo, no obstante, no me arrepiento de haber invertido casi dos horas en verla.