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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama. Intriga En 1964, en una parroquia del Bronx, un apasionado y carismático sacerdote, el padre Flynn (Seymour Hoffman) intenta cambiar las rígidas normas del colegio, que durante años han sido celosamente salvaguardadas por la hermana Aloysius Beauvier (Meryl Streep), una estricta directora que cree firmemente en el poder de la disciplina. Soplan vientos de cambio político; prueba de ello es que el colegio ha aceptado al primer alumno negro, ... [+]
19 de abril de 2009
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces, por nuestros errores del pasado, nos sentimos tan débiles, tan malvados y de tan poca valía, que nos esforzamos, inconsciente o conscientemente, en probar que otros son culpables para poner así un poco de luz a nuestras propias sombras. Si puedo comprobar que, otro, ha hecho peores cosas que yo, lo mío pierde su peso, y de paso, me erijo como justiciero ante una sociedad que me exaltará por mi arrojo y dejará de fijarse en mi lado oscuro, porque ahora está viendo a un condenado.

El peligro está en que, por el afán de limpiar mi imagen, el menor detalle lo convertiré en sospecha; un pequeño indicio lo vestiré de prueba; y si es necesario, exageraré las evidencias para acelerar el proceso... y así, nacerá la calumnia, uno de los actos más inicuos de que puede ser víctima un ser humano, y ¡ay de aquel que decide gestarla, sentirá 100 veces el dolor que cause a un inocente!

¡Cuánta compasión merecen los calumniadores! Tienen tan vacío su propio corazón, que hacen el mal sin entender las consecuencias. Así que, si eres víctima de uno de ellos, no te sacies en la venganza, porque estarás dando prueba de que no eres mejor que él, y quizás, entonces, parecerá merecido tu sufrimiento.

La magnífica historia que nos cuenta, John Patrick Shanley (director, autor de la obra y guionista), recrea, a la perfección, el camino que suele trazar la calumnia. Cuando algunos miembros de una institución son cuestionados y condenados por actos dehonestos, el paradigma inquisidor de una sociedad primaria, lleva a considerar a Todos sus miembros, culpables por simple réplica. Les ha pasado a los ejércitos, a los policías, a los partidos políticos… y ahora a los sacerdotes.

La monja, Aloysius Beauvier, rectora del colegio Saint Nicholas, ubicado en el Bronx de Nueva York, está padeciendo una rigidez moral y un afán de compostura tan extrema que, para la psicología moderna, es premisa segura de que aspira a tapar las sombras de su vida.

Un comentario sospechoso que le hace, la hermana James, la pone en camino de probar a toda costa la culpabilidad del sacerdote de su parroquia, el cual se ha ganado, con afectuosidad y franca entrega, el cariño de los muchachos.

Con un eficaz planteamiento, dotado de intensos diálogos, oportunas anécdotas, y cuentos harto aleccionadores que dan realce a los sermones, la película nos siembra la malsana duda y no es nada raro que muchos tomen posición desde el comienzo.

“La duda puede ser un vínculo poderoso y auténtico al igual que la certeza”, dice el sacerdote Flynn, y en esto tiene razón. La duda puede llegar a meterse tan hondo en nuestras entrañas, que, en ausencia de una revelación absoluta de la verdad, pesa más en la mente y en el corazón de muchos seres humanos, que lo que pueda decirse con los mejores argumentos.

Un justo llamado a administrar bien la lengua, para que de pronto las plumas no vuelen con el soplo del viento y después se torne imposible recogerlas.

Otro brillante momento en la carrera actoral de, Meryl Streep, y, Philip Seymour Hoffman.
Luis Guillermo Cardona
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