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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Drama. Comedia A Woody Grant, un anciano con síntomas de demencia, le comunican por correo que ha ganado un premio. Cree que se ha hecho rico y obliga a su receloso hijo David a emprender un viaje para ir a cobrarlo. Poco a poco, la relación entre ambos, rota durante años por el alcoholismo de Woody, tomará un cariz distinto para sorpresa de la madre y del triunfador hermano de David. (FILMAFFINITY)
4 de marzo de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La mayoría de las veces, juzgamos a una persona por un solo rasgo en particular: Porque hace esto o porque dice tales o cuales cosas… y cuando esa persona tiene un defecto muy visible con el cual afecta al resto de la familia, eso nos basta para estigmatizarlo, y no nos damos, casi nunca, de la oportunidad que tenemos de ahondar en su vida para tratar de entender los motivos que le llevan a actuar de semejante manera... y así, hay seres muy valiosos condenados por prejuicios; personas que fueron generosas, nobles y de muy amplia calidad humana, desechadas por su familia y por el mundo; y seres que aún podrían ser grandes, echados al olvido por haber caído en un vicio o en alguna desgracia.

El sexagenario, Woody T. Grant, se ha vuelto intolerable para su esposa y sus dos hijos, porque, además de su gusto por el alcohol, tiene ahora la obsesión de ir a Lincoln, Nebraska, donde tiene el convencimiento de que podrá cobrar un millón de dólares que se ha ganado con una de esas publicidades atrapa incautos que pululan por ahí. Contra todas la aclaraciones que ya se le han hecho, Woody sigue convencido de que recibirá ese dinero con el que podrá comprar una camioneta y una nueva compresora, y dejar el resto a sus hijos como una buena herencia.

Así es el comienzo de esta magnífica historia de, Bob Nelson, que el director, Alexander Payne, convierte en otra road movie (ya lo había hecho en, “Sideways", con cierta semejanza) pletórica de entendimiento humano; y donde, el compartir, el diálogo, el recorrer aquellos lugares donde se ha vivido, el hablar con las personas que le conocieron, quizás permita a David Grant, llegar a comprender a plenitud, cuán valioso ha sido aquel padre de quien, ahora, solo se piensa que merece estar en un asilo.

La aventura está llena de deliciosas anécdotas, de emocionantes y decepcionantes encuentros, y quizás haga posible un descubrimiento que, para alguien, de pronto signifique mucho más que encontrar una nueva tierra… y van a ver que, de vez en cuando, hay maneras muy particulares de realizar un sueño.

Bruce Dern, ese actor de larga trayectoria a quien recordamos en, “Coming Home”, “The Driver”, “Monster” y otros tantos títulos, tiene aquí, sin duda, la mejor interpretación de su carrera como ese hombre obsesionado que todavía preserva la que, quizás, sea su última esperanza. Will Foster, como David, es la suerte de hijo que todo padre desea, que al final comprende que, hacer algo por aquel progenitor por tanto tiempo olvidado, quizás traiga consigo un invaluable –aunque intangible- beneficio personal. Stacy Keach, tiene también un buen regreso como el improcedente Ed Pegram; y June Squibb, resulta magnífica como Kate Grant, la madre lengua-suelta y aguerrida que, contra todo, sigue bien pendiente de su familia.

Una eficiente fotografía, en preciosas tonalidades grises que nos remite a los viejos álbumes familiares; una nostálgica ambientación que recuerda la vida pueblerina en terrenos apenas poblados y todavía colmados de campo abierto; y ese puñado de certeros personajes que dan cuenta precisa de una sociedad cualquiera, hacen de, <<NEBRASKA>>, otro magnífico acierto en la filmografía de Alexander Payne, quien, desde ya, se consolida como uno de los mejores representantes de la nueva generación de directores americanos.

<<NEBRASKA>>, va a ser considerado otro clásico del cine.
Luis Guillermo Cardona
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