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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Drama Agosto de 1941. El gobierno de Vichy ha creado una Sección Especial cuyo objetivo es la ejecución de chivos expiatorios para aplacar la ira de los nazis cuando algún oficial alemán es asesinado por la Resistencia. Las víctimas, cuatro comunistas y dos judíos elegidos aleatoriamente, serán juzgados por un tribunal corrompido. Mientras que un joven magistrado intenta hacer valer sus influencias políticas para conseguir el indulto, uno de ... [+]
3 de octubre de 2016
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Queriendo cobrarse el asesinato de dos miembros de su grupo por parte del ejército alemán durante la ocupación de Francia en la II Guerra Mundial, las juventudes comunistas deciden devolverles el ataque… y así terminan eliminando al sargento panzer, Hans Gerecht, cuando ingresaba a un vagón de tren. Tan pronto tiene conocimiento del hecho, un mayor alemán se comunica con la dirigencia francesa en Vichy (gobernada entonces por el colaboracionista mariscal, Philippe Pétain) y le entrega el siguiente mensaje: ‘La Marina alemana requiere la ejecución de seis rehenes, y el mando militar quiere saber la posición del gobierno francés’.

En, ¡cuatro días!, los franceses deben haber cumplido la orden de juzgar y ejecutar a estas personas, y a falta de individuos a los que condenar por delitos graves contra el Estado, lo que hará la deplorable Sección Especial que se nombra para llevar a efecto el pedido de los nazis, ha quedado ya en la historia como otro de los crímenes de Estado que avergüenzan a las grandes naciones.

Lo ocurrido, entre el 23 y el 29 de agosto de 1941, Hervé Villeré lo publicó en un libro titulado, “L’Affaire de la Section Spéciale” (1973), y dos años después, es el comprometido director Costa-Gavras, quien lo ha llevado al cine partiendo de otro guion escrito en colaboración con Jorge Semprún ("Z", "La Confesión"). ¿El resultado? Un filme in crescendo donde los hechos se mueven como el magma de un volcán que, tras acumular sólidos, líquidos y gases (léase políticos-títeres, víctimas y falacias ideológicas), va ascendiendo lentamente hacia la superficie (el estrado), hasta adquirir un carácter turbulento (las sentencias) que se torna explosivo (la abominación por parte de aquellos que comprenden lo que ha causado el abuso de poder).

Intachable puesta en escena, muy buenas caracterizaciones, diálogos que, no obstante ser muy abundantes, son toda una radiografía de las intrigas con las que suele moverse la clase política de casi todo el mundo. Personajes que dejan al descubierto las máscaras y la felonía que les caracteriza… y un engendro político que empañaría la imagen de Francia como otros tantos hechos de su historia.

De nuevo, Gavras construye su historia cambiando nombres, suavizando los hechos, matizando un poco a los verdugos, y distanciando la decisión culminante con esa sabiduría que lo ha caracterizado siempre, porque su oficio no es emitir condenas sino abogar para que las ignominias nunca se repitan. Por esta razón, ahora lo siento como uno de los directores más sensatos que haya surgido del cine europeo.

Todavía resuena en mis oídos la frase de Cournet, el hombre que, con indeclinable dignidad, repugna del cargo que se le ofrece:
“Perseguir a terroristas es aceptable, pero condenar a muerte a hombres que nada tienen que ver, es abominable”.

<<SECCIÓN ESPECIAL>>, es la clase de película que da en todo el blanco.
Luis Guillermo Cardona
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