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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Western. Romance James McKay (Peck), un capitán de navío retirado, viaja desde el Este a las vastas llanuras de Texas para casarse con Pat Terrill (Baker), la hija de un rico ganadero. El choque entre McKay, hombre pacífico, culto y educado, y los violentos y toscos rancheros es inevitable. No sólo tendrá que enfrentarse con el capataz Steve Leech (Heston), sino que incluso su novia se sentirá decepcionada por su comportamiento. Mientras tanto, el padre ... [+]
17 de agosto de 2009
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es, éste, uno de los western más entrañables que haya podido ver en mi vida. Contiene todo lo que me gusta de este maravilloso género: Excelentes caracteres humanos; una historia fuerte e impecablemente desarrollada; una bella ambientación; una monumental fotografía y una efectiva banda sonora… y claro, un inmejorable grupo de actores que encajan a la perfección en sus inolvidables personajes: McKay, Julie, Rufus, Leech, Buck, Henry Terrill… y hasta Ramón Gutiérrez, nos mueven las fibras más hondas, haciéndonos entender la pluralidad emocional que abunda en este mundo donde, son razones muy profundas y comprensibles, las que nos llevan a actuar como lo hacemos.

Con guion de, James R. Webb, Sy Bartlett y otros, basados en la exitosa novela, "The Big Country", que Donald Hamilton publicara en 1958, la historia nos presenta a otro de esos hombres que son acrisolados ejemplos de vida íntegra. Sobriamente interpretado por Gregory Peck -quien incorpora a su brillante carrera otro héroe inmortal como Francis Chisholm, Ezra Baxter, Jimmie Ringo o Atticus Finch-, Jim McKay es un capitán de barco que llega para conocer al padre de su prometida Patricia, el mayor Henry Terrill, un terrateniente de costumbres feudales, a cuya única hija consiente y apoya en su decisión de casarse. Muy pronto, McKay es puesto a prueba por los valentones del pueblo y por el capataz de la hacienda, pero, él rehuye los retos por razones que, aunque a la vista de todos parecen manifestaciones de cobardía, son un acto de conciencia plena y de absoluta madurez emocional.

“Hay personas a las que no puedes insultar, aunque te lo propongas, y hay otras que se acaloran por la cosa más insignificante”. Son éstas, las palabras más lúcidas que brotan de los labios de Patricia y definen claramente el carácter de McKay, un hombre que bien sabe que, “hay cosas que un hombre tiene que probarse a sí mismo y no a los demás”.

Parte de la gran tragedia del oeste norteamericano, radicó en que abundaban los hombres que, con un rancio concepto de la hombría, se pasaban cada día tratando de demostrar a los demás lo valientes que eran… y así, no tardaba en aparecer alguien que demostraba que era más “valiente” que ellos, aunque para lograrlo tuviera que disparar por la espalda… pues, éste es el punto débil hasta de los mejores tiradores.

El maestro, William Wyler, no deja ni un solo cabo suelto y su poderoso filme se cuece al calor de enaltecidos sentimientos, de rasgos de temple y dignidad a toda prueba. Hay lugar para las sutilezas amorosas, para la preservación del honor, para ejemplarizar la lealtad a toda costa… y para establecer una nueva alianza que permita el resurgir de la paz.

<<HORIZONTES DE GRANDEZA>>, hace honor a su título. El arte cinematográfico alcanza, así, sus más altas cimas.
Luis Guillermo Cardona
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