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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Comedia Harold Hall (Harold Lloyd), un joven sin ninguna habilidad ni talento como actor, quiere desesperadamente, actuar en una película. Así que marcha a Hollywood y se presenta a numerosos castings, donde ocasiona todo tipo de dificultades y problemas. (FILMAFFINITY)
15 de abril de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un adolescente se encuentra un día en terapia y el psicólogo le pregunta: -¿Qué profesión te gustaría seguir cuando termines la secundaria? A lo que el chico responde: -Quiero ser ginecólogo, fotógrafo de modelos o director de cine X. El psicólogo se queda mirándolo y murmura: –Me parece que no tienes muy claro lo que quieres. -¡¿Cómo que no?! -Exclama el joven- ¡Quiero ver viejas desnudas!

Harold Hall también tiene muy claro que quiere ser actor de cine. Sueña con ir a Hollywood a probar suerte… y de manera inimaginable, su deseo se realiza. Pero allí las cosas sólo son fáciles para la gente con talento, con atractivo físico o con un buen padrino, y el chico… bueno, tiene dignidad, cara de tonto y un gran talento para meter la pata.

Pero, los que creemos en los ángeles, sabemos que estos se presentan a veces con un bello rostro de mujer. Y en el enrevesado sendero que está recorriendo Harold, se aparece Mary O’Brien, una morena actriz que está protagonizando el último filme que se rueda en el Estudio. Después, cuando se quita su caracterización, Mary es una dulce y encantadora rubia, quien se siente conmovida por el desafortunado aspirante a actor de cine… sólo que él cree que está tratando con dos chicas distintas.

Tiene lugar, entonces, una agradable comedia de enredos donde Harold se las ingenia para quedar bien con “ambas” chicas y Mary se las ingenia para meterlo en camisa de cuatro mangas. Como ocurre siempre en los filmes de Harold Lloyd, abunda la gracia, el contrasentido, la picaresca y, aunque falta un poco del genio y de la poesía de otras obras, el filme se deja ver sin mayores complicaciones.

Constance Cummings (“Siete Pecadores”, “El Espiritu Burlón”) revela un carisma fascinante y se desenvuelve con suma propiedad entre sus dos personalidades, siendo la primera chica que juega un rol tan importante como el de Harold Lloyd, quien aquí pasa por todos los reveses (y fortunas) habidos y por haber.

Aunque nunca figuró como Director en ninguno de sus filmes, se sabe que Lloyd intervenía, durante los rodajes, en la preparación de los sets, en la ubicación de las cámaras y hasta en la definición de muchas acciones que sólo él sabía acomodar a su particular estilo acrobático. “CINEMANÍA” hizo parte de sus filmes sonoros, una transición de la que salió avante sin dificultad alguna y en la que aprovechó los nuevos recursos con connotada eficacia. Él era de los más grandes, y para todos los grandes, los cambios que llegan con el tiempo son sólo una nueva oportunidad.

¡Que se diviertan! Y si están sintiendo los reveses de la crisis, el ánimo decaído con aires de depresión... o acaso ya las angustias de la enfermedad, se los digo por experiencia: ¡Reírse es la mejor de las medicinas!

Título para Latinoamérica: "LOCO POR EL CINE"
Luis Guillermo Cardona
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