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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Musical. Romance. Drama Moderna versión de "Romeo y Julieta". En el West Side de Nueva York, un barrio marginal, se disputan la hegemonía dos bandas callejeras: los "sharks" son puertorriqueños, y los "jets", de ascendencia europea. El jefe de los primeros es Bernardo, que vive con su hermana María, la cual acaba de llegar a Nueva York. Una noche, en un baile, coinciden los dos grupos y se desencadena una violenta pelea. (FILMAFFINITY)
15 de noviembre de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dados los problemas de sobrepoblación que comenzó a sentirse en Puerto Rico desde los años 1940, cientos de familias optaron por emigrar hacia la nación que les convirtiera en colonia desde 1890, y allá se quedaron, no obstante que, EEUU, inició un plan de recuperación económica de la isla, por allá por 1948.

Por entonces, el encono racista estaba en un momento álgido, porque los negros comenzaban a mostrar su capacidad de respuesta tras las largas y toleradas infamias cometidas contra ellos, y la xenofobia gringa se extendió también hacia los latinos y esto incluyó a los portorriqueños solo porque su piel era morena y en algunos casos negra.

Fue este hecho el que motivó a los productores de “WEST SIDE STORY” a cambiar la inicial historia romántica entre una chica judía y un muchacho católico, pues resultaba mucho más actual convertirlos en una morena joven de Puerto Rico y un chico blanco de New York, salpicándolos con un cierto aire a tragedia clásica, muy al estilo del Romeo y Julieta de William Shakespeare.

Es necesario reconocer que, el musical escrito por Leonard Bernstein y Stephen Sondheim para los escenarios de Broadway, merece una nota sobresaliente, pero además de que fueron muy puritanamente modificadas muchas de sus letras para la versión cinematográfica, desluce saber que en la mayoría de los casos, las voces de los protagonistas fueron dobladas por otros intérpretes. También puedo aplaudir la significativa composición 'de encierro' de ciertos planos, basada en pinturas de Ben Shahn y otros reconocidos artistas newyorkinos. Y creo que resultaron de muy buen tino esos títulos de crédito diseñados como graffitis.

Pero también puedo decir, que "WEST SIDE STORY" contiene falencias y tendencias intolerables que me permiten asegurar que ha sido excesivamente sobrevalorada. Veamos: con excepción de George Chakiris, Russ Tamblyn y Rita Moreno (la única boricua legítima, violada cuando era una adolescente), los demás chicos -casi todos- resultan tan livianos y posudos como en las posteriores películas de Presley o de Travolta. Bien como bailarines, muy flojos como actores.

Y la peor parte del filme está en la historia de Ernest Lehman. No obstante que se planta la idea -externa y general- de que se está cuestionando las rancias confrontaciones raciales, el filme destila racismo puro cuando el policía “pacificador” demuestra claramente su desprecio por los latinos, y al final, hechas las cuentas de las víctimas, peores resultan los puertorriqueños que además asumen el acto “imperdonable”. A los americanos, en cambio, se les da ocasión de arrepentirse durante el intento de abuso que acometen, asumen posiciones reflexivas tras cada acción fuera de lugar, tienen a la policía de su parte, y son los que dan idea de haber aprendido la lección. Y qué tal poner toda la responsabilidad de la descomposición social en las espaldas de los jóvenes, mientras que los “sabios viejos” los estigmatizan, los culpan de la violencia imperante, los asumen con distanciamiento… o los desean muertos o en chirona. Lehman y Wise lucen en definitiva, tan sesgados y cortos de vista, como cualquier viejo amargado de cualquier calle de cualquier ciudad. ¡10 oscares! ¡¿Una obra maestra?!... ¡Mamola!

Título para Latinoamérica: "AMOR SIN BARRERAS"
Luis Guillermo Cardona
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