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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Comedia. Romance Durante una visita a Roma, Ana, la joven princesa de un pequeño país centroeuropeo, trata de eludir el protocolo y las obligaciones que implica, escapándose de palacio para visitar la ciudad de incógnito. Así conoce a Joe, un periodista americano que busca una exclusiva y finge desconocer la identidad de la princesa. La pareja vivirá unas jornadas inolvidables recorriendo la ciudad. (FILMAFFINITY)
8 de septiembre de 2009
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cierta vez, en Hollywood, existió un ángel llamado, Audrey Hepburn, y la vimos complacidos y fascinados en un puñado de películas, algunas de ellas inolvidables: “Sabrina”, “Love in the Afternoon”, “The Unforgiven", “Children's Hour”, “My Fair Lady”… y, cómo no, en la celebrada, <<VACACIONES EN ROMA>>, con la que se hizo conocer en, La Meca del Cine, al tiempo que en el corazón la guardábamos millones de espectadores.

Dirigida con gran inspiración por, William Wyler, la historia que nos cuenta es la de una princesa imaginaria de un país imaginario, quien vive atareada con visitas y protocolos reales que la tienen a punto de enloquecerse. Después de una extenuante gira, y de sentir que cada minuto y cada hora de su vida le son programados para cumplir con formalismos, Anja siente un inmenso deseo de escapar cuando, desde su balcón en Roma, contempla una fiesta que se realiza muy cerca de allí. Así conoce a, Joe Bradly, un periodista del Servicio Americano de Noticias quien, al encontrarla sedada y extraviada, decide llevarla a su modesto apartamento. Surgirá de aquí, una tarea que vale 5 mil dólares o perder 500, pero, para Joe, parece puesta en la palma de su mano. Así, se darán las condiciones para que pase un día con la adorable princesa y, en adelante, una de las experiencias más románticas de la historia del cine, tendrá lugar en las calles de Roma, entre dos seres que apenas tendrán tiempo para poder soñar.

Audrey, brilla con su enorme dulzura en cada vivencia que experimenta como un ave escapada de su jaula. Su presencia resulta magnética, absorbente, adorable. Pocas veces en escena, hemos visto a un personaje tan sensible y tan bello como el que ella nos brinda en cada secuencia y en cada plano en que aparece... y, entre tanto, de los reinos queda reflejado todo su vacío.

Partiendo de un guion escrito por Dalton Trumbo (quien no pudo recibir el crédito por las presiones de la HUAC) y Ian McLellan Hunter, el director compone cada imagen con una luz especial, consiguiendo recrear a una princesa espontánea y juvenil, lo que permite ver a una, Audrey Hepburn, casi al natural y con un ángel que se le escapa por todos los poros.

El filme tiene humor (excelente la secuencia entre Joe y su amigo Irving, cuando éste está a punto de delatarlo), tiene belleza visual en su recorrido por la antigua roma, y desborda un romanticismo excelso que nos devuelve a los años mozos, y el cual alcanza su culmen en la escena en que cada uno se muestra como realmente es. En resumidas cuentas, una película llena de magia, con una actriz de la que uno queda irremisiblemente prendado.

Como un pequeño, pero sentido homenaje, quiero terminar con unas palabras extraídas de la, Audrey Hepburn, escritora:

“Para tener unos labios atractivos, di siempre palabras amables. Para tener unos ojos adorables, mira siempre las cosas buenas de la gente. Para tener una figura esbelta comparte tu comida con los que tienen hambre (…). La belleza de una mujer tiene que ser vista en sus ojos, porque estos son la puerta de su alma, el lugar donde habita el amor”.

Título para Latinoamérica: LA PRINCESA QUE QUERÍA VIVIR
Luis Guillermo Cardona
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