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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Drama. Romance Kay Arnold (Barbara Stanwyck) es una chica que vive de acompañar a fiestas a hombres sin pareja. Cuando Jerry Strong (Ralph Graves) la conoce, queda prendado de su figura y la elige como modelo para un cuadro cuyo título será "Esperanza". Pronto Jerry empieza a sentirse atraído por la chica, pero ya está comprometido y, además, sus padres no permitirán que se enrede con una muchacha como Kay. (FILMAFFINITY)
3 de febrero de 2014
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con mucha frecuencia, personas que alguna vez desviaron su camino y sufrieron considerablemente, al conseguir redimirse se convierten en magníficos seres humanos, incluso mejores que muchos de aquellos que siempre se creyeron buenos. Cuando se ha sufrido se aprende y cuando se ha caído suele costar un gran esfuerzo volver a levantarse. Por esto, se valora la nueva oportunidad que nos brinda la vida y se aprende a dar lo mejor y a auto respetarse como es debido.

Kay Arnold, es una chica de alquiler, algo así como lo que hoy conocemos como una prepago. Carente de hogar, Kay vive con Dot Lamar, su amiga y compañera de oficio. Cuando conoce a Jerry Strong, el hijo de un prestante empresario cuya mayor aspiración es convertirse en pintor, éste se siente atraído por ella como modelo y planea pintar, entonces, un cuadro al que titulará, “Hope”. El título surge de la generosa y grata sensación que ella le produce: “Llevaba una máscara como todos, pero debajo de ella hay una gran esperanza”.

<<MUJERES LIGERAS>> (mucho más preciso el título original por lo que iremos conociendo de los personajes) fue, en principio, una obra teatral escrita en 1924 por el newyorkino, Milton Herbert Gropper (1896-1955), titulada entonces, “Ladies of the Evening”. David Belasco la puso en escena para los teatros de New York, y quizás por las variaciones e inclusiones que pudieron darse en este proceso, es que en la película la obra se acredita a ambos.

La historia que dirigiera Frank Capra, adaptada a guion por Jo Swerling, podría ser apenas otra de las eternas variables de La Cenicienta, absolutamente predecible al jugar con la vieja y trillada fórmula de “chico rico encuentra chica pobre”. En manos de un director del montón, hubiera sido éste, otro denostado desperdicio, pero, Capra ya tenía oficio y eso le permitió hacer un filme visualmente muy atractivo. Además, el director italoamericano, poseía ya esa sensibilidad que no lo abandonaría nunca, la cual le permitía llegar hasta el alma de sus personajes para extraer la grandeza, la ternura y la bondad que hay en cada uno de ellos.

Infortunadamente, algo falta para la plenitud, pues mientras, Barbara Stanwyck, resplandece como ese ser cálido y dulce que sólo necesita una presencia amorosa para poder prodigarse en toda su plenitud, Ralph Graves –actor de cierto éxito en tiempos del cine silente- no logra acomodarse al nuevo estilo que reclama el sonoro… y resulta un tanto torpe en sus movimientos y bastante sobreactuado. Se hace evidente que, Capra, no consiguió enseñarle que actuación no es asimilación sino extracción, y esto oscurece un tanto el resultado de un filme en el que hasta, Marie Prevost, como la bocazas, Dot; y Nance O’Neil, la discreta señora Strong, resultan fuertes y muy precisas en sus respectivos roles.

Queda para el recuerdo ese bello personaje llamado, Kay Arnold, y para la historia, el encuentro de Capra-Swerling-Stanwyck, pues, entre ellos harían magníficas películas.

Título para Latinoamérica: <<MUJERES DE LUJO>>
Luis Guillermo Cardona
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