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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Drama. Romance Humbert Humbert, un profesor cuarentón, llega a Ramsdale (New Hampshire) y alquila una habitación en casa de la viuda Charlotte Haze que tiene una hija de once años. Humbert se enamora perdidamente de la chiquilla y concibe un perverso plan: casarse con la madre para poder estar siempre cerca de la irresistible Lolita... Adaptación de la novela homónima de Vladimir Nabokov. (FILMAFFINITY)
8 de junio de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con la censura a cuestas y la obligación de prescindir de escenas que mucho deseaba, Stanley Kubrick ha logrado un filme muy brillante que refleja lo que muchos hombres sienten, pero muy pocos se atreven a confesar. Tengo la impresión de que, fueron precisamente las presiones, las que despertaron su desbordante creatividad, porque ante la imposibilidad de ser explícito, las metáforas, los símbolos y las insinuaciones, acercan mucho más su obra al arte.

No todo fueron aciertos, como pretender, por ej., que el bellísimo plano de los créditos –en el que Humbert pinta las uñas del pie a Lolita- dizque es símbolo de sumisión. Antes que nada, yo lo veo como señal de complacencia del hombre fascinado, pues nunca vemos el rostro del que pinta y solo se exalta la forma perfecta del órgano femenino. En cambio, son muchos los logros visuales y los diálogos socarrones, con los que Kubrick consigue dar hondo significado a esta estupenda historia que refleja el eterno conflicto que suele darse entre las relaciones por completo desiguales.

El primer detalle interesante, es ese apunte mordaz con el que Kubrick confiesa su liberación del yugo de Kirk Douglas durante el rodaje de “Espartaco”: Clare Quilty, llevando una sábana a la usanza romana dice a Humbert: “Soy Espartaco, ¿ha venido usted a liberar a los esclavos?”

Enseguida, vendrá un notable acierto metafórico cuando, Clare Quilty, es baleado mientras trata de ocultarse tomando entre sus manos el retrato de una lolita. Todas las balas impactan la figura de la joven, y él cae acribillado detrás del cuadro. El significado es contundente cuando por fin veamos los hechos que llevan a este crimen.

La muerte de Quilty –que en el libro va al final- se nos anticipa en el filme para establecer la diferencia y al tiempo sembrarnos la acostumbrada intriga ¿Qué ocurrió para que esto sucediera? Al correctísimo guión del propio Vladimir Nabokov, autor de la novela, Kubrick añade unos soberbios apuntes convirtiendo su película en una exquisita comedia de humor negro, para lo cual consideró necesario ampliar el personaje de su estimado Peter Sellers, quien asume diversas caracterizaciones.

Hay momentos de gran sobriedad narrativa que, al tener el espectador previo conocimiento de lo que realmente ocurre, adquieren un exquisito doble sentido en complicidad con Humbert Humbert, el profesor asediado por una madre mientras él está fascinado con su picarona hija. “¿Por mi cabeza ronda una preciosa fantasía?” –le dirá la señora Hayes. “¿Sí? -Responde él-, ¿Cuál es la tuya?” Otro estupendo ejemplo es la escena de la bañera cuando le visitan sus liberales amigos Jean y John (¿Ying y Yang?) y luego el padre del chico que causó el accidente. Ocasión perfecta para el lucimiento de James Mason quien logra un carácter hipócrita digno de enmarcar.

“LOLITA” funciona perfectamente como una comedia negra. Y como recreación de amores imposibles... es tan certera como un tiro en un ojo.
Luis Guillermo Cardona
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