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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Intriga. Comedia Un conocido inventor neoyorquino es acusado de varios asesinatos. Cuando llegan a la ciudad un famoso detective y su mujer y se enteran del asunto, ella, movida por el espíritu de aventura, trata de convencer a su marido para que acepte el caso. (FILMAFFINITY)
27 de julio de 2011
22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Celebrado autor de novela negra, Dashiell Hammett (1894-1961), es un nombre que resuena en los oídos de todos los que amamos las historias detectivescas. Aunque, previamente, se habían realizado dos filmes con sendas historias suyas, “El Halcón Maltés” (en versión dirigida por Roy de Ruth, 1931), sería la carta de presentación con la que atraería montones de aficionados que, pronto, se multiplicarían como hormigas cuando su novela, “The Thin Man” (1934) fue llevada al cine, el mismo año de su publicación, bajo la dirección de W. S. Van Dyke. Un remake de “El Halcón Maltés” (1941), realizado con éxito por el director, John Huston, y la continuación de las historias de Nick Charles, su esposa Nora y su perro Asta, llevarían a Hammett a la cima y lo convertirían en un personaje clave en cualquier antología de novelas criminales.

“LA CENA DE LOS ACUSADOS”, es una estupenda interrelación entre screwball-comedy del mejor calibre y una aventura detectivesca con suficiente intriga como para mantenernos pegados a la silla. Lo primero que atrae es la franca, espontánea, desacomplejada, informal y deliciosa relación que se da entre Nick y Nora, con la silenciosa y ocasional complicidad del simpático can que los acompaña.

El cuento, en pleno, adquiere un tono bastante familiar y el celebrado investigador se verá envuelto en la búsqueda del desaparecido señor Wynant, más por presión de las circunstancias que por algún deseo de abandonar la supercómoda vida que ahora lleva. Es Nora la que tiene más hálito de aventura, pues, no ha visto en acción a su marido desde que celebraron nupcias.

Es, ésta, la segunda novela de Hammett que se solaza en un tono de comedia tan demarcado y tan placentero, y el escritor debió sentirse harto complacido cuando supo de la enorme acogida que el público dio a esta plausible idea, pues, la consecuencia fue que, la MGM, decidió de inmediato hacer nuevas entregas con la encantadora pareja… ¡con el divertido trío!, porque también el perro vuelve y juega, y llegará a tener roles mucho más protagónicos.

Estamos ante una historia de ambiciones, oportunismo, explotación… ¡y crimen!, tratados en un tono tan acogedor que ni esto desluce en una trama hecha para divertir más que cualquier otra cosa.

William Powell y Myrna Loy, hacen la pareja perfecta logrando una química inobjetable. La encantadora, Maureen O’Sullivan, es Dorothy, la dulce hija del desaparecido inventor, dispuesta a cargar con los crímenes que, la ineficaz policía y la prensa sensacionalista, le endilgan a su padre.

Uno de los diálogos es para enmarcar:

- Mi padre es un hombre sexagenario.
- ¡¿Sexagenario no es una cochinada?!
- Entonces ponga que tenía 60 años.

Se queda con ganas de seguir las aventuras de una pareja de sabuesos como no hay dos.
Luis Guillermo Cardona
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