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Voto de Luis Guillermo Cardona:
5
Western Un cowboy ayuda a los granjeros de trigo de Dakota contra los saqueadores de terrenos. Contará con la ayuda de la hija de un magnate ferroviario. (FILMAFFINITY)
17 de agosto de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El afán de poseer la tierra: comprándola a centavo a quienes tienes grandes necesidades; engañando a las familias con falsos argumentos para se vean abocadas a vender; haciendo promesas que, o se cumplen mal o ni siquiera se van a cumplir… o forzando a la gente a abandonar su terruño mediante amenazas de muerte o matándola, no es cosa de hoy, ni de ayer, sino de hace siglos. Es la ambición -latente en todos los seres humanos- la que, en muchos, se despierta de manera desmesurada, llevándolos a perder los escrúpulos y a dejar de lado toda moral, sin calcular las terribles consecuencias que, para ellos, se avendrán más tarde o más temprano. Porque si la tierra la obtienes causando dolor... ¡te causará dolor! y ¡jamás traerá felicidad!

El exsoldado, John Devlin, se ha escapado con su novia Sandra Poli con rumbo a Dakota, donde ella espera invertir 20 mil dólares comprando tierra que, luego, espera vender a mejor precio a los ferrocarrileros, aunque éstos están acostumbrados a pagarla a mínimo precio. Pero, el dinero les es robado durante el viaje… y la pareja se verá abocada a luchar, no sólo para conseguir que, a los granjeros se les pague un mejor precio, sino para recuperar el dinero perdido.

El guion de “DAKOTA”, firmado por Lawrence Hazard y Howard Estabrook, parte de una historia escrita por Carl Foreman con la que, éste, pretendía ilustrar la forma como se ha gestado el “progreso”… y cómo muchos se han hecho terratenientes en los EEUU y en el mundo. De ñapa, también se pretendía mostrar cómo, cuando los pueblos se unen, los déspotas siempre pierden.

El director Joseph Kane, tenía ésta y otras bazas a su favor: Contó con un holgado presupuesto que alcanzaba casi el millón de dólares; se puso a su cargo a nadie menos que, Yakima Canutt, como director de segunda unidad, con el que pudo lograr la imponente escena del incendio; y pudo disponer de un acreditado reparto que muchos quisieron volver a reunir luego: John Wayne, Walter Brennan, Ward Bond y los checos Vera Hruba Ralston y Hugo Haas (con posterioridad pasado éste a la dirección).

Pero, el rodaje resultó muy amargo porque, declaraba luego el director: “Wayne se volvió muy difícil en el set. Quería dirigir a los otros actores; objetaba casi todos los diálogos; y hasta al veterano cinematografista, Jack Marta, quería decirle como hacer su trabajo”. (1)

Tampoco, Wayne, procuró llevarse bien con la actriz Vera Ralston y sus aires de dictador llevaron a esa falta de empatía que induce a que, las cosas, se hagan con desgano. Por eso, el filme resulta plano; la iluminación termina dejando mucho que desear; las escenas entre los recién casados dan la impresión de que hubiera un muro entre los dos; la acción fue reducida al mínimo; y la historia de Foreman se conservó en algo, pero no en todo lo que, el escritor, hubiera deseado.

Y, en resumidas cuentas, “DAKOTA” queda como otro de los tantísimos filmes fallidos que protagonizara John Wayne, y fue la única vez que su nombre estuvo cerca del de Carl Foreman… con quien, pronto, rivalizaría por sus ideas políticas.

(1) John Howard Reid: Best westerns movies.

Título para Latinoamérica: “CORAZONES SIN RUMBO”
Luis Guillermo Cardona
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