Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama El viajante de comercio Willy Loman está en crisis. A punto de perder su trabajo, no puede pagar las facturas y su vida familiar se desmorona. Por si esto fuera poco, sus hijos no le respetan y, además, no están a la altura de lo que se esperaba de ellos. (FILMAFFINITY)
28 de marzo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hijo de polacos judíos inmigrantes, tras haber estudiado periodismo en la Universidad de Michigan, Arthur Miller (1915-2005) descubrió que escribir era lo que más le interesaba en la vida, pero, fue a los 28 años cuando estrenó su primera obra en Broadway: “The Man who had all the Luck” (Un hombre con mucha suerte)… la cual no le trajo mucha suerte porque solo duró ¡cuatro días en cartelera!

Pero, en 1947, el estreno de, “All my Sons”, bajo la dirección de Elia Kazan, fue a otro precio: Tuvo 328 representaciones continuas y obtuvo el premio del Círculo de Críticos de Teatro de New York, además de ganar premios Tony al Mejor Autor y Mejor Director.

Desde aquí, Miller afila sus dardos contra la sociedad que le ha tocado padecer y se vuelve un duro crítico del conservadurismo y la hipocresía tan posicionados entre los estadounidenses menos decantados. Cuando en su mente surge la magnífica obra, “Death of a Salesman” (1949), Miller se propone mostrar cómo el American Dream muchas veces termina en el desvanecimiento de los mayores anhelos de mucha gente.

Willy Loman, es un agente viajero que, tras 45 años de labores, ha llegado a la tercera edad y ahora siente que sus sueños se hicieron inalcanzables… ni siquiera logra que sus hijos, Harold (Happy) y Biff -ya mayores-, consigan encontrar su propio camino y, al contrario, siguen siendo dependientes y sin grandes aspiraciones. Loman vive endeudado, aún está pagando la casa donde habita, carece ya de ánimo para seguir siendo un viajante… y solo el apoyo incondicional de su esposa Linda y el ferviente anhelo de que sus hijos un día despierten, lo mantiene vivo. Cuando surge alguna ilusión de que, Biff o Happy al fin se abrirán camino, el viejo Loman se llena de esperanza y se pone muy feliz… es decir, se nutre de ilusiones.

Adaptando al cine el montaje que, para Broadway, hiciera Michael Rudman, en 1984, con Dustin Hoffman y John Malkovich como protagonistas, el director alemán Volker Schlöndorff, fue el encargado de dirigir esta producción que, Arthur Miller, supervisó de principio a fin, asegurando ambos que resultáse del más alto nivel.

Dada su experiencia en 125 representaciones teatrales, la labor de, Hoffman y Malkovich, resulta impecable, y sus personajes consiguen timbrarnos el alma y removernos fuertes emociones. ¡Es tan doloroso haber querido ser y no serlo! y ¡cuánto más decepcionante es haber depositado en otros nuestros anhelos frustrados… y luego comprobar que, al no haber servido de espejo, poco alentamos que pudieran alcanzarlos!

Realizada en principio como una producción televisiva, el éxito alcanzado por, <<MUERTE DE UN VIAJANTE>>, hizo que, en algunos países, se estrenara en las salas de cine.

Título para Latinoamérica: <<LA MUERTE DE UN VIAJANTE>>
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow