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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Western Wyatt Earp, antiguo cazador de búfalos y aventurero, llega a Wichita (Kansas), un pueblo ganadero en el que impera la ley del más fuerte. Su habilidad con el revólver le convierte en el candidato perfecto para el puesto de sheriff, pero rechaza el empleo. Sin embargo, las circunstancias hacen que se sienta moralmente obligado a imponer la ley y el orden en la caótica ciudad. (FILMAFFINITY)
6 de abril de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En Wichita, Kansas, hay novedades: Está a punto de ser inaugurado el ferrocarril y se aproxima un lote de ganado que dará lugar a los placeres gastronómicos de los habitantes del pueblo… pero, con este regalo llegará también en tropel un grupo de jinetes “relajados” e impulsivos (muy buena la idea de no mostrar el ganado sino a los hombres que llegan como ganado), de aquellos que, lo que ganan con sudor, lo gastan en deshonor, y claro, los dirigentes del pueblo están preocupados porque, al que tienen de sheriff le faltan cojones y respetabilidad, y con aquellos visitantes los desmanes no van a hacerse esperar. Pero, el hado protector de la gente buena de Wichita, ha traído a un hombre que enseguida demostrará cómo se impone la justicia… y el destino también sabrá qué hacer para convencerlo de que proteja al pueblo. Se llama, Wyatt Earp, el comisario al que siempre se recordará por su legendario enfrentamiento en el Corral O.K.

Con un preciosismo visual que linda con lo pictórico, y en ese curioso y absurdo contraste entre el progreso y el atraso tan característico de la sociedad estadounidense, el director Jacques Tourneur, nos ofrece un valiente llamado a la civilización, haciendo que su personaje protagónico se convierta en un ferviente defensor del desarme de la población civil, pues, como bien claro lo tiene toda sociedad avanzada, las armas de fuego sólo deben estar en manos de los agentes del orden.

La historia de <<WICHITA, CIUDAD INFERNAL>>, escrita por Daniel B. Ullman (quien también se ocuparía de convertirla a guion) más allá de su aparente simpleza consigue definir unos personajes de fuerte carácter, y en algunos de ellos (McCoy, Masterson, Whiteside…) además del sheriff, se consigue aflorar rasgos de gran interés humano que le dan solidez a la historia. Como director, Tourneur aporta una gran dinámica narrativa; su puesta en escena no deja nada que desear, pues, complace de principio a fin; y en la dirección de actores, logra resultados muy positivos con mínimas falencias en las escenas de masas que, quizás, pasen desapercibidas.

Joel McCrea (quien tiene aquí su tercera y última aparición junto a Tourneur), representa a un Wyatt Earp recio y de fuerte carácter, pero sin perder esa cordialidad y simpatía que hace a los hombres sociables. Su fe y su persistencia en desarmar a la población civil y ese valiosísimo ejemplo de no disparar a matar, resultan de avanzada… y es una gran lástima que haya sido en vano este nuevo y apreciable esfuerzo por llevar a la gran potencia norteamericana hacia la civilización. Junto a él y para él, Vera Miles (Laurie), nos ofrece a una bella y encantadora dama de esas que cualquier hombre sensato desearía para casarse, capaz de poner luz, en aquel alborotado pueblo, en cada momento en que aparece; y Lloyd Bridges es Gyp Clemens, el obstinado malito que, absurdamente, sigue creyendo que, libertad es hacer lo que a uno se le dé la gana.

Una cita para recordar:

“La discreción es la mejor parte del valor”.

Título para Latinoamérica: RONDA DE LA MUERTE
Luis Guillermo Cardona
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