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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Cine negro. Drama Tras los muros de la penitenciaría Westgate imperan el miedo y la violencia. El alcaide de la prisión mantiene hacinados a los presos y además, los somete a constantes torturas y vejaciones. Joe Collins y sus compañeros de celda, hartos de la situación, deciden organizar una fuga. Un plan temerario que tiene muchas posibilidades de acabar en un baño de sangre. (FILMAFFINITY)
29 de enero de 2017
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ahora que acaba de morir su compañero, Frank McLain, los hombres que ocupan la celda R17 de la penitenciaría Westgate, comienzan a sentir un profundo odio por el despótico capitán Munsey, director de la guardia del penal y, más que nunca, están convencidos de que sus problemas sólo acabarán cuando logren salir o escapar de la prisión. El líder de los reclusos, Joe Collins, un hombre estimado por muchos, va a aliarse también con Gallagher, el comunicador social entre los internos, y entre tanto, muchas cosas van a suceder en aquel recinto donde muchos anhelos se preservan palpitantes, mientras unas cuantas desgracias se alientan de lado y lado.

Una historia de Robert Patterson, convertida a guion por el gran Richard Brooks, quien de nuevo nos asegura situaciones de gran impacto y unos diálogos de profunda relevancia, es el punto de partida para la que puede considerarse la primera obra maestra del cine penitenciario, no obstante que, con “The Big House” (1930) de George W. Hill, hubo ya un brillante precedente.

Sin duda, este nuevo filme de Jules Dassin, es mucho más arriesgado, pues, en procura del máximo realismo, asume a todo nivel una alta objetividad al describir la obtusa visión del gobierno, el irregular y cruel accionar de ciertos miembros de la guardia penitenciaria… y, ¡claro! tampoco elude mostrar la crueldad que, bajo presión, pueden asumir algunos reclusos. Desde este momento, Dassin alcanzaba el máximo reconocimiento y su filme pasó a la historia como un drama de alto calibre y como uno de los más sensibles y eficaces alegatos contra el sistema penitenciario.

Se pone sobre una balanza la camaradería de aquellos ocupantes de la celda R17, su manera de apoyarse, de escucharse y de procurarse unos a otros gratos momentos que hacen llevadera la larga estancia en la prisión; y del lado administrativo, la prepotencia, la hipocresía y la competencia por el poder que animan cada uno de sus actos. De esta manera, entra en cuestión, ¿De qué lado está el bien y de cuál está el mal? ¿Son los reclusos, las instituciones, o ambos, quienes reclaman un cambio de raíz? y ¿No será que un alto porcentaje de los hombres que hoy se pudren y se degradan en las cárceles, antes que castigo es una oportunidad lo que están necesitando para volver a ser hombres de bien?

¡Cuánto nos conmueve y sensibiliza, cuando algunos de aquellos reclusos -además de demostrar que, aunque son legalmente culpables en su conciencia brilla la inocencia-, hablan con fervor de su esperanza de reencontrar a aquella mujer que aún llevan guardada muy adentro de su alma! Se da uno cuenta de que, en el fondo, todo ser humano aspira, sobre todo, a dar y recibir amor, y jamás será justo que, por un error, su vida quede marcada para siempre.

Con el peso de calificadas actuaciones de Burt Lancaster, Charles Bickford, Howard Duff, Art Smith y otros, Hume Cronyn deja una impactante huella con su rol del capitán Munsey, la suerte de personaje que, donde pisa, no vuelve a crecer la hierba.

Impecablemente rodada en todos sus aspectos (diseño de producción, fotografía, iluminación…) con sutiles detalles que nos animan a reflexionar sobre su significado, y con una historia que nos absorbe por completo de principio a fin, “FUERZA BRUTA” pone muy en alto el nombre de Jules Dassin, un director que merece un mayor reconocimiento del que, hasta ahora, se le ha brindado.

Título para Latinoamérica: “FUERZA BRUTA” / “ENTRE REJAS”
Luis Guillermo Cardona
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