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Voto de tonygaditano:
3
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4,1
19.767
Fantástico. Acción. Aventuras
Nueva adaptación de la historia de Conan el bárbaro y sus aventuras a través del continente de Hyboria. Conan, un niño nacido en plena batalla que habita en una aldea bárbara, graba en su memoria los rostros de los guerreros que matan a su familia. Años después, el joven Conan se convierte en un forzudo y valiente guerrero. (FILMAFFINITY)
25 de septiembre de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A medida que se fueron sucediendo los rumores sobre los detalles de la película meses antes del estreno mis expectativas fueron decayendo. Se habló hace años de una nueva Conan con un presupuesto estilo ESDLA y de un empaque similar (y yo flipando) y luego de la inclusión de Arnold (Chuache para los amigos) como Conan maduro. Se atisbaba una continuación de la saga en toda regla, con una historia nueva y prometedora y con un Conan rey y su hijo Conn (que podría haber sido perfectamente Momoa). Pero nada, mi gozo en un pozo.
Por esta razón no fui al cine y esperé a que la sacaran en DVD para alquilarla y verla en algún rato libre (nada especial, pues nada especial iba a presenciar). Me movió la simple curiosidad de presenciar una peli sobre mi personaje literario favorito. ¿Y qué encontré? Pues una de tantas películas modernas nacidas al calor de ESDLA, pero claro, muy inferiores a la sensacional trilogía de Jackson.
Un desarrollo propia de cualquier vulgar capítulo de Hércules o Xena. Unas interpretaciones ridículas y unos actores mal aprovechados; Momoa da el tipo y no está del todo mal, pero sus diálogos son en general de risa (aunque esto es achacables a los pésimos guionistas); un Stephen Lang pésimo como némesis de Conan (qué diferencia con la soberbia interpretación de James Earl Jones en la cinta original); la hija del malo (Rose Mcgowan) intenta dar miedo y lo que consigue es dar pena de tanto maquillaje desperdiciado; el amigo de Conan parece un rapero sacado de una sala disco y solo hace de palmero del cimmerio; los únicos que se salvan a medias son Rachel Nichols, que no hace mal del papel de vestal con carácter (aunque no sea creíble el papel que le han dado, sí su interpretación) y Saïd Taghmaoui como asustadizo ladrón. El niño Conan (Leo Howard) cumple bien con su gesto fiero, bien seleccionado por su parecido físico con su versión adulta. Y el padre de la criatura (Ron Pelman) que parece que pasaba por ahí en algunos tramos (Ron, ya sabemos que tienes oficio, pero esmérate un poquito más picha).
El argumento y el guión nefastos, con nula originalidad y con escasas y sonrojantes frases que apenas aportan nada a una trama predecible y manida hasta la extenuación. Salvable los efectos especiales y algunos extractos de luchas bien coreografiados.
Las fotografía y los escenarios discontinuos y poco creíbles, mal seleccionados en general y con poca solidez y encanto. La música mediocre, mucho más si la comparamos con la original de Poleodouris.
En definitiva, un fallido remake que a gatas entretiene al espectador medio y que desencanta totalmente al seguidor del personaje.
Por esta razón no fui al cine y esperé a que la sacaran en DVD para alquilarla y verla en algún rato libre (nada especial, pues nada especial iba a presenciar). Me movió la simple curiosidad de presenciar una peli sobre mi personaje literario favorito. ¿Y qué encontré? Pues una de tantas películas modernas nacidas al calor de ESDLA, pero claro, muy inferiores a la sensacional trilogía de Jackson.
Un desarrollo propia de cualquier vulgar capítulo de Hércules o Xena. Unas interpretaciones ridículas y unos actores mal aprovechados; Momoa da el tipo y no está del todo mal, pero sus diálogos son en general de risa (aunque esto es achacables a los pésimos guionistas); un Stephen Lang pésimo como némesis de Conan (qué diferencia con la soberbia interpretación de James Earl Jones en la cinta original); la hija del malo (Rose Mcgowan) intenta dar miedo y lo que consigue es dar pena de tanto maquillaje desperdiciado; el amigo de Conan parece un rapero sacado de una sala disco y solo hace de palmero del cimmerio; los únicos que se salvan a medias son Rachel Nichols, que no hace mal del papel de vestal con carácter (aunque no sea creíble el papel que le han dado, sí su interpretación) y Saïd Taghmaoui como asustadizo ladrón. El niño Conan (Leo Howard) cumple bien con su gesto fiero, bien seleccionado por su parecido físico con su versión adulta. Y el padre de la criatura (Ron Pelman) que parece que pasaba por ahí en algunos tramos (Ron, ya sabemos que tienes oficio, pero esmérate un poquito más picha).
El argumento y el guión nefastos, con nula originalidad y con escasas y sonrojantes frases que apenas aportan nada a una trama predecible y manida hasta la extenuación. Salvable los efectos especiales y algunos extractos de luchas bien coreografiados.
Las fotografía y los escenarios discontinuos y poco creíbles, mal seleccionados en general y con poca solidez y encanto. La música mediocre, mucho más si la comparamos con la original de Poleodouris.
En definitiva, un fallido remake que a gatas entretiene al espectador medio y que desencanta totalmente al seguidor del personaje.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La carencia de ideas que se demuestra en la película es vergonzante. El argumento propulsor de la misma es una descarada copia de ESDLA cambiando los anillos por las partes de la máscara (horrible diseño de la misma, por otra parte) que encima se disgregan entre los pueblos de Hiboria. Pero no acaba aquí la acumulación de elementos/ideas tomados de otras películas; lo de la doncella vírgen que tiene que ser sacrificada ya se vió en su antecesora, Conan el destructor. El barco pirata se parece sospechosamente al de Piratas del Caribe. Esto poniendo ejemplos de memoria.
El ritmo narrativo es de videojuego, sensación que se acentúa más si se ha tenido la oportunidad de probar algunos juegos como God of War o Prince of Persia. Más cuando ves la disposición anímica de Conan (calca la cara de Kratos) o su tendencia a trepar como un mono en algunas escenas de la película.
Y si ya entramos en los recovecos ético-morales de la película ya no entra la risa floja, como en la sentencia del padre con el tema del hielo, el fuego y la espalda; tronchante. O la contestación de Conan a la única frase medio coherente de la película que le lanza la doncella. Ni en una noche de tormenta se le ocurre a nadie un guión así.
El ritmo narrativo es de videojuego, sensación que se acentúa más si se ha tenido la oportunidad de probar algunos juegos como God of War o Prince of Persia. Más cuando ves la disposición anímica de Conan (calca la cara de Kratos) o su tendencia a trepar como un mono en algunas escenas de la película.
Y si ya entramos en los recovecos ético-morales de la película ya no entra la risa floja, como en la sentencia del padre con el tema del hielo, el fuego y la espalda; tronchante. O la contestación de Conan a la única frase medio coherente de la película que le lanza la doncella. Ni en una noche de tormenta se le ocurre a nadie un guión así.