El director de “Noche en la Tierra” (Night on Earth, 1991) y “Flores Rotas” (Broken Flowers, 2005) decidió adentrarse en un terreno demasiado virgen para él como es el género fantástico aportando al noventa por ciento una dosis reflexiva, pretendiendo así ofrecer una visión diferente tal como lo hizo con explorando el thriller con su última “Los Límites de el Control” (The Limits of Control, 2009).

Jarmusch nos introduce en un romance separado de sus seres no-muertos pero alejándose evidentemente de la estética “Crepúsculo” y otras, deambulan en distintos lugares del mundo como las nocturnas calles de Tanger y las espectrales avendidas de Detroit. El reencuentro entre Eve (Tilda Swinton) y Adam (Tom Hiddleton), curioso teniendo en cuenta que estos antihumanos personajes llevan los nombres de los padres de la Humanidad, es solo la excusa para que dicha pareja justifique su ausencia a lo largo de los años tras codearse con personajes como Lord Byron, Edgar Allan Poe o Eddie Cochran. Curiosamente por su condición de vampiros (aunque pasan desapercibidos por razones obvias ocultando sus colmillos) les ha dado la oportunidad de conocer el sentido de la vida. Reflexión más que suficiente para acabar cuestionando que papel representan ellos en un mundo egoísta (a los vivos los llaman zombis) al que solo pueden percibir por la noche.

Lo Mejor: la lúgubre música de fondo
Lo Peor: el palizón que puede recibir el espectador mal informado que no sabe con lo que se va encontrar.