Primer episodio de una prometedora serie británica que tiene como eje central, teniendo en cuenta sus distintas historias, el efecto de las nuevas tecnologías en la población mundial. Y en éste capítulo a modo de bienvenida se utilizan las redes sociales como brazo de poder para poner en entredicho la capacidad de decisión del gobierno británico con la popularidad de un Primer Ministro (Rory Kinnear) de capa caída al ser incapaz, junto con todo su cabinete, de hacer frente al chantaje de un secuestrador que mantiene captiva a la princesa popular por su carisma.

Un argumento más que suficiente para que se pueda captar con un negro sentido del humor un cinismo y una frialdad intachable éste “Himno Nacional”; de lo mejor de una serie que, por pocos episodios emitidos, (tres por temporada) ha demostrado estar a la altura de las mejores que se han emitido, poniendo en jaque la actitud del hombre en el si de la era moderna como tema central.