Walter Hill (The Warriors; Límite 48 horas) se hizo responsable de este filme de acción, hecho a su medida que, aunque parezca increíble, pretende ser una crítica a los medios de comunicación ante ciertas estrellas del boxeo. El personaje de Ving Rhames es una directa (o indirecta como se quiera leer) a la figura de Mike Tyson y su historial de escándalos fuera del cuadrilátero.

Un boxeador que disputa por conservar el título de campeón del mundo de los pesos pesados es encerrado en la cárcel acusado de violación y allí se enfrentará con un nuevo estilo de practocar dicho deporte; entre reajs y acosado, debido a su antipatía y chulería, por el resto de prisioneros que adoran al rival de Snipes, como a un dios. El argumento no da ´más de lo que puede y ni los papeles secundarios de Michael Rooker, como celador, ni Peter Falk, de veterano mafioso al filo de la agonía, consiguen salvar un producto que siendo alimenticio es de los que mal se digiere.