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Voto de Natxo Borràs:
6
Drama. Thriller. Romance Basada en un hecho real acaecido a finales de los años cuarenta, la película relata la sangrienta trayectoria criminal de una pareja, Martha y Ray. Ambos se conocieron a través de una agencia matrimonial de contactos para "corazones solitarios". Él resultó ser un estafador, y ella se enamoró tan locamente de él que se convirtió en su cómplice. Su objetivo eran mujeres solteras o viudas solventes, a las que Ray cortejaba para deshacerse ... [+]
17 de agosto de 2011
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rodada con bajo presupuesto y por un cineasta, fallecido el pasado mes de mayo, que solamente obtuvo popularidad con su película, “The Honeymoon Killers” presumió de ser una película peculiar, diferente, probablemente apta para una sesión de medianoche. Un drama criminal narrado desde la óptica de sus protagonistas; una pareja rebelde, adulta pero desarraigada en una madurez ya plena. Y, lo que es más importante, sin responder a estereotipos glamurosos.

La propuesta “subterránea” de Leonard Kastle (y eso que Martin Scorsese estava entre los candidatos) es simple; partiendo de un recorte de la crónica negra contemporánea, presume en elaborarnos una historia de amor y crímenes bastante desmarcada de las pautas de un “pshyco-killer” o una historia de “outsiders” que viven al margen de la ley para ser felices y comer perdices. Lo que convierte el film en un plato muy crudo y difícil de digerir en cuanto a los planteamientos de la pareja protagonista: ella, Martha Beck (Shirley Stoler) es la odiada jefa de enfermeras de un Hospital. En contra de sus principios sabe que necesita un recoveco para la felicidad aunque cree que su obesidad y glotonería se lo impiden. Y es cuando entra él, Raymond Fernández (Tony Lo Bianco), un latino patillero que malvive de las chapuzas y estafas que se corre: robar a mujeres maduras con las que liga y se casa para después vaciarles el monedero. Y siempre recurriendo a la Agencia Matrimonial de la Tia Carrie; punto de encuentro en que los dos corazones se juntarán y que, evidentemente Martha será presa de los engaños de Ray. Aunque si quiere seguir desviviéndose de ése único amor que por fin ha conseguido, tendrá que aceptar los “trabajitos” de su media naranja. Compartirán abrazos, besos y correrías, aunque para ello tengan que recurrir al asesinato si los planes no salen tan bien como esperaban…

Shirley Stoler y Tony Lo Bianco, ambos nacidos y criados en Brooklyn, interpretaron a esta peculiar pareja que marcaron un hito en la historia de la Crónica Negra Norteamericana. Kastle rehuyó de los convencionalismos hollywoodianos a la hora de escoger actores y actrices conocidos y guapos y confiando en las brillantes improvisaciones del dúo protagonista que se lucen con sus muecas (basta con la cara de pan de quilo de la Stoler presa de los celos o los bailes de Lo Bianco a ritmo de chachachá que por ser más horteras que una botella de Varon Dandy, le añaden bastante realismo a un film ennegrecido, empezando por su fotografía).
Natxo Borràs
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