Historia de ambición y crimen diseñado expresamente como un duelo para sus protagonistas principales: las actrices Kristin Scott Thomas y Ludivine Sagnier: como jefa y subordinada respectivamente de una importante firma de inversiones. Algo así como una sonada versión femenina de Mad Men pero más oscura cuanto a su planteamiento porque no deja de ser una historia de cúspides al éxito con humillaciones dentro de los despachos e indirectas de tomo y lomo.

Su esquema podría asimilarse a otro film, de talla independiente como es “El Factor Sorpresa” (Swimming with Sharks, 1994) de George Huang en que Kevin Spacey se las hacía pasar canutas a un sufrido Frank Whaley pero lo más curioso de todo es que el tunecino Saïd Ben Saïd, productor de éste film francés, volvió a financiar dos años después un remake de éste “Crime d, Amour” tomando como título “Passion” misma pero ésta vez delegando la dirección a un asentado Brian De Palma y con Rachel McAdams y Noomi Rapace como rivales a muerte en esta puesta en escena sobre el escalafón al poder las consecuentes humillaciones y un plan criminal como respuesta a la fuga de méritos por parte de otros.