La última, por inesperada, obra del maestro del suspense realizada todavía a cuatro años de su muerte, se traduce en una entretenida mezcla de suspense y comedia negra donde el entramado gira entorno a la notificación de una herencia, con recompensa incluida y una menestra de malentendidos peligrosos con las consequentes pesquisas de algunos de sus protagonistas en conseguir su objetivo.

Si no habéis entendido las últimas líneas y no las queréis volver a leer, no os preocupéis porque es aquí donde está lo enrevesado del asunto. Pero el film es pegadizo desde la primera secuencia y la presentación de sus personajes así como sus facetas componen el plato fuerte de esta pirueta de intríngulis que conforma "La Trama".

Julia Rainbird (Cathleen Nesbit) es una anciana octogenaria que acosada por el peso de la culpa de haberse quedado sin familia por haber desligitimado a una hermana debido al haber dado fruto a un hijo bastardo que ha desaparecido hace años, contrata a una médium ursupadora llamada Blanche Tyler (Barbara Harris) con quien cuyo novio George (Bruce Dern) trapichean y viven del dinero fácil. La buena señora promete recompensar a Blanche con una sustancial suma de dinero si encuentran al sobrino desaparecido. Pero quien tendrá que cargar el muerto para hallar el paradero del afortunado benefactor será el calzonazos y protestón de George que se hará pasar por taxista, detective y abogado. Y solo para dar con alguien que ya murió... O lo que pretende. Porque pronto descubrirá que "el futuro heredero" se hace pasar por muerto para así ocultar sus planes criminales ya que se trata de Arthur Adamson (William Devane) un respetado joyero que pasa sus tiempos libres con su prometida Fran (Karen Black) a secuestrar millonarios y obtener joyas valuosas a cambio de su libertad. Adamson, acosado por la presencia del metomentodo George, recurre un viejo amigo, con cara de pocos amigos y propietario de una gasolinera casi en desuso (Ed Lauter) para que ajuste las cuentas con George y deje vivir en paz en "la otra vida" de Arthur. Por increible que parezca, el joyero cree que puede ser descubierto y delatado por la polícia por algo que ignora y que le va a cambiar su vida a mejor; la millonaria herencia de la señora Rainbird.

No le faltó cinismo y precisión al autor de "Psicosis" y "Los Pájaros" en su último trabajo. Se establecen dos líneas argumentales con dos parejas iguales por estar al margen de la ley pero distintas en la apariencia. Blanche y George son pícaros pero encantadores, sin embargo Arthur y Fran parecen educados, viven moderadamente en la abundancia pero son fríos, impecables y metódicos en sus planes. Es cierto que unánimemente "La Trama" no sea un Hitchckok de los más conocidos, pero resalta en el sentido de cinismo y paradoja que ya se expresaba, desde hacía décadas en sus orígenes en el cine mudo, a través del obeso rostro de uno de los mejores genios que ha dado el Séptimo Arte al público.