Por otro lado, dentro de este mundo pero sin tocarlo, aislado, está la casa de doña Ignacia y sus dos hermanos, Paquita y Venancio. Fuera de la vista de los pueblerinos, existe un casón oscuro donde una despota y amargada mujer utiliza a sus dos hermanos como sus criados, a los que tiene realmente aterrorizados desde su más tierna infancia. Y ellos parecen vivir aún en esa infancia, por obra y gracia de la represión y el aislamiento. Como la situación política de cierto país europeo en aquella época, si me permitís. Lo curioso (y lo sagaz) es que Fernando Fernan Gómez no nos muestra un pueblo entero oprimido por ninguna fuerza política. Es sólo una casa, una pareja de “hermanos” oprimidos “en su propia casa”, pero fuera de la vista del resto del pueblo. Fernan Gómez se caga (con perdón) en esta aparente normalidad del pueblo, ante una situación que está oculta pero que ya no puede estarlo más. En línea con esto. el personaje de doña Ignacia encarna la doble moral de la época y de la iglesia: Toda la casa está llena de unos refranes en contra de la lujuria, pero luego es ella la que se deja llevar por ese pecado capital cuando conoce al cantante de la banda del pueblo. Y no sólo eso, si no que lo trasviste para más inri.

Uno ve esta película y no entiende como ha podido pasar tan desapercibida para tanta gente. Lo tiene todo, es un film “total”, con permiso de José Luis Cuerda.. Es drama, thriller, comedia, crítica social, retrato intimista... Terror y Carcajada. Personajes inmensamente caricaturescos y reales a la vez. Film moderno para su época, ahora es un clásico que quizá no seamos capaces de apreciar en su totalidad. Una amalgama de muchos elementos, pero perfectamente combinados. No es un pastiche, todo tiene su momento y lugar. Lo único reprobable (y no lo es) es que su mensaje final es difícil de asir. No es un final redondo ni mucho menos, tiene mil caras como todo el film (porque viendo el principio y el final... ¿quién es el protagonista? ¿la mercera?), y lo que consigue es hacer devanarte los sesos, intentando averiguar si habrá alguna verdad tangible entre tanto cine en estado puro.