La película se anuncia con secuencias humorísticas de la película, pero se echa MUCHO de menos el papel cómico de José Mota. El papel de José Mota es más bien dramático. A veces, incluso comienza secuencias de sus gestos y frases graciosas, sin terminarlos.
Pepe Viyuela sí hace más el papel de gracioso -tampoco es para morirse de risa-.
Me llamó la atención la cantidad de violencia de la mujer hacia el hombre que utiliza la película; es exagerado. Lo utilizan como "forma de hacer gracia", pero es angustioso y repetitivo. Particularmente creo que no contribuye a educar a la sociedad en la no violencia de unos hacia otros.
Comienza bien el planteamiento, pero termina perdiendo fuelle. Al final se reaviva, pero no es para tanto.
En fin, es un rato entretenido en general, pero no merece la pena ir al cine para verla. Si hubiera estado en casa, la hubiera dejado antes de terminar, pero una vez echo el gasto...