Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de J C:
6
Drama Cecil Gaines (Forest Whitaker) fue mayordomo jefe de la Casa Blanca durante el mandato de ocho presidentes (1952-1986), lo que le permitió ser testigo directo de la historia política y racial de los Estados Unidos. (FILMAFFINITY)
22 de octubre de 2013
Sé el primero en valorar esta crítica
“El mayordomo” pertenece a ese grupo de películas que funcionan eficazmente como meros entretenimientos, ofreciéndole al espectador la posibilidad de pasar un buen rato, aliviando la carga dramática del relato con algún toque de comedia que reduzca la tensión.
Así sucede con la historia de este mayordomo (negro doméstico, como lo califica su primera ama) que, dejando atrás una trágica infancia marcada a fuego por el asesinato de su padre, consigue trabajo en la Casa Blanca, donde permanece al servicio de nada menos que ocho presidentes norteamericanos.
Esa peripecia se mezcla con la historia de represión a que fueron sometidas las personas de color en Estados unidos durante buena parte del pasado siglo y de los movimientos revolucionarios que surgieron para combatirla, acontecimientos a los que asistimos principalmente a través de la mirada del hijo del mayordomo.
El realizador Lee Daniels, avezado ya en el arte de suscitar la lágrima cuando es menester, sabe tocar la fibra del espectador con escenas donde la emotividad constituye el principal resorte. Lo que ocurre es que a uno siempre le da la impresión de ir guiado por la mano del realizador, como si todo estuviese demasiado premeditado y planificado al milímetro para que el espectador reaccione en función de sus deseos.
La película se ve reforzada por el reclamo de contemplar muchas caras conocidas en papeles generalmente mínimos, sobresaliendo con nota las interpretaciones de Forest Whitaker, como este peculiar mayordomo, y Oprah Winfrey, como su esposa. A mencionar también ese tono paródico con que son tratados casi todos los jefes de gobierno norteamericanos (curioso, la verdad) en un filme que, insisto, se ve lastrado por una suerte de artificialidad que en ocasiones nos remite a cierta estética de videoclip alargado.
Lo que no se le puede negar es su capacidad de pasatiempo bien hilvanado que se ve con gusto si el espectador no tiene mayores expectativas.
J C
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow