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Voto de Txarly:
2
26 de octubre de 2008
442 de 666 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues sí, lo habéis adivinado. Pertenezco al gremio de usuarios de Filmaffinity que en un día lúcido hasta nos sabemos atar los cordones de las botas e incluso dibujar nuestro retrato si nos dan un seis y un cuatro. Así somos los memos a los que nos gusta el cine cuando nos topamos con un engendro intelectual como el que nos ocupa: se nos queda cara de radiador. Da igual si poseés una educación superior o en tu barrio te llaman "el raro que se queda mirando las bombillas". No importa lo loco que estés o que en el trabajo te señalen con el dedo como aquel tipo al que no le gustó Torrente. Siempre te quedará Lynch.
Gracias a él podrás descender varios peldaños de la pirámide cultural y asumir de lleno el vestigio de animalidad innato que habita en cada uno de nosotros y que pensaste que se diluiría con el tiempo. A las cosas hay que llamarlas por su nombre y a la mierda hay que llamarla mierda. En las antípodas duerme aquel director que rodara mi serie de tv favorita de todos los tiempos. La mente humana juega en demasiadas ocasiones con nuestro ego y al parecer el que uno imprima un estilo único no le basta, sino que tira de la madeja persiguiendo la ida de olla más brutal en vez de perfeccionar una corriente fílmica inédita entre sus contemporáneos. No hombre no!!, hay que ser el más pirado de la cofradía y certificar para la posteridad tu lugar alejado del vulgo, dónde las loas de tus admiradores no tropiecen en el camino con propuestas similares y sea este un viaje hacia lo distinto, lo oculto o lo rompedor. Sí, y lo penoso también.
Lo cierto es que envidio a mi amigo Tomine, que le casca un diez a la peli y realiza una de las mejores críticas que he leído en esta web, animándome a alquilar este despropósito de tres horas que me he tragado sin rechistar. Uno de los críticos remunerados que cita FA sostiene que Inland Empire es "la primera obra maestra del poscine". Ya sabéis... cuando a uno le pagan por rellenar espacios sin tener ni puta idea de cine, justifica su sueldo con pedanterías del tipo "poscine", es decir, cine futurista con probabilidades de convertirse en corriente ideológica y liderada por este sujeto, e introduciendo el término surrealismo para que cualquier cagamandurria que se escriba no carezca de empaque y conseguir así la coartada perfecta de sus pppprrrrffffffff... mentales.
Cine dentro del cine, vidas dentro de otras vidas y sucesos que se solapan en líneas temporales diferentes, apoyado por cientos de primerísimos primeros planos que buscan bien a las claras acentuar la perplejidad de los espectadores nearthentalienses como yo. El guión no forma parte de la producción y si lo hay, es una servilleta del Mc Donnals más cercano. Se rechaza por arcaico en pos de una nueva era de fabricar imágenes sin el lastre del papel pintado, pariendo engendros ¿surrealistas? como esta obra, injusta y desproporcionada penitencia que quiénes no comulgamos con ruedas de molino hemos debido por desgracia digerir.
Gracias a él podrás descender varios peldaños de la pirámide cultural y asumir de lleno el vestigio de animalidad innato que habita en cada uno de nosotros y que pensaste que se diluiría con el tiempo. A las cosas hay que llamarlas por su nombre y a la mierda hay que llamarla mierda. En las antípodas duerme aquel director que rodara mi serie de tv favorita de todos los tiempos. La mente humana juega en demasiadas ocasiones con nuestro ego y al parecer el que uno imprima un estilo único no le basta, sino que tira de la madeja persiguiendo la ida de olla más brutal en vez de perfeccionar una corriente fílmica inédita entre sus contemporáneos. No hombre no!!, hay que ser el más pirado de la cofradía y certificar para la posteridad tu lugar alejado del vulgo, dónde las loas de tus admiradores no tropiecen en el camino con propuestas similares y sea este un viaje hacia lo distinto, lo oculto o lo rompedor. Sí, y lo penoso también.
Lo cierto es que envidio a mi amigo Tomine, que le casca un diez a la peli y realiza una de las mejores críticas que he leído en esta web, animándome a alquilar este despropósito de tres horas que me he tragado sin rechistar. Uno de los críticos remunerados que cita FA sostiene que Inland Empire es "la primera obra maestra del poscine". Ya sabéis... cuando a uno le pagan por rellenar espacios sin tener ni puta idea de cine, justifica su sueldo con pedanterías del tipo "poscine", es decir, cine futurista con probabilidades de convertirse en corriente ideológica y liderada por este sujeto, e introduciendo el término surrealismo para que cualquier cagamandurria que se escriba no carezca de empaque y conseguir así la coartada perfecta de sus pppprrrrffffffff... mentales.
Cine dentro del cine, vidas dentro de otras vidas y sucesos que se solapan en líneas temporales diferentes, apoyado por cientos de primerísimos primeros planos que buscan bien a las claras acentuar la perplejidad de los espectadores nearthentalienses como yo. El guión no forma parte de la producción y si lo hay, es una servilleta del Mc Donnals más cercano. Se rechaza por arcaico en pos de una nueva era de fabricar imágenes sin el lastre del papel pintado, pariendo engendros ¿surrealistas? como esta obra, injusta y desproporcionada penitencia que quiénes no comulgamos con ruedas de molino hemos debido por desgracia digerir.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Le subo un punto, obviamente, por el par de peras que David saca en su peli, no tanto por su perfección geométrica y sofisticado estilismo, sino por los halagos que éstas reciben de parte de las buenorras que acompañan al monumento que las lleva. Me he puesto muy bruto en un momento.
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Un último apunte por falta de espacio:
"Hablar de argumento en 'Inland Empire' es casi una ordinariez. (...) ¿Totum revolutum?¿Sancta sanctorum? Sin duda. De todo, menos tomadura de pelo. (...) ¿Qué tiene de malo echarse una partidita y desperezar a ese fósil llamado Séptimo Arte? (Javier Cortijo: Diario ABC)
A este tipo de cadáveres con pluma me refería en el tercer párrafo de mi crítica. No sé cual de las tres líneas me encrespa más, aunque mucho me da que es la última.
Tienes razón Javier, es una ordinariez hablar de argumento. Puaggg, qué asco!!!, es mucho mejor la improvisación de la imágen como vehículo doctrinal. Desconocer lo que vamos a realizar porque algo saldrá, y no podemos permitir que un aspecto tan fatuo como el guión o el argumento defenestren una gafapastada como esta con la que poder mear bechamel desde las páginas de nuestro periódico.
Después apelamos a una especie de revolución vacía de contenido pero rompedora en sus formas y nos subimos al carro del snobismo y la estupidez sentenciando a lo latino que te ha gustado mucho porque es de siempre una moda que lo rompedor ha de ser bueno, y además tratando a las masas con educación. Qué no falte maestro, qué es un pilar muy importante.
Y rematamos el párrafo de tres líneas sugiriendo que este tipo de productos revalorizan un tiempo de Cine en estado comatoso, cuando dos años antes el amigo Clint Eastwood demostró a todos los putos modernillos y gafapastillas en general, lo que alguién de talento puede crear con un pequeño guión de apenas 30 páginas, engrandeciendo la Historia del Cine al realizar Million Dollar Baby, una película estricta con los parámetros formales del séptimo de arte y rebosante de vitalidad con las viejas reglas que componen la narración de acontecimientos. Demostró lo que uno puede conseguir ciñéndose a unos dogmas más antiguos que él, y por extensión, mucho más complicados y perros que el cagarro de película llamado Inland Empire.
Pero no se enfade, que yo también tengo mi opinión, eh? y escribiendo gratis...
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Un último apunte por falta de espacio:
"Hablar de argumento en 'Inland Empire' es casi una ordinariez. (...) ¿Totum revolutum?¿Sancta sanctorum? Sin duda. De todo, menos tomadura de pelo. (...) ¿Qué tiene de malo echarse una partidita y desperezar a ese fósil llamado Séptimo Arte? (Javier Cortijo: Diario ABC)
A este tipo de cadáveres con pluma me refería en el tercer párrafo de mi crítica. No sé cual de las tres líneas me encrespa más, aunque mucho me da que es la última.
Tienes razón Javier, es una ordinariez hablar de argumento. Puaggg, qué asco!!!, es mucho mejor la improvisación de la imágen como vehículo doctrinal. Desconocer lo que vamos a realizar porque algo saldrá, y no podemos permitir que un aspecto tan fatuo como el guión o el argumento defenestren una gafapastada como esta con la que poder mear bechamel desde las páginas de nuestro periódico.
Después apelamos a una especie de revolución vacía de contenido pero rompedora en sus formas y nos subimos al carro del snobismo y la estupidez sentenciando a lo latino que te ha gustado mucho porque es de siempre una moda que lo rompedor ha de ser bueno, y además tratando a las masas con educación. Qué no falte maestro, qué es un pilar muy importante.
Y rematamos el párrafo de tres líneas sugiriendo que este tipo de productos revalorizan un tiempo de Cine en estado comatoso, cuando dos años antes el amigo Clint Eastwood demostró a todos los putos modernillos y gafapastillas en general, lo que alguién de talento puede crear con un pequeño guión de apenas 30 páginas, engrandeciendo la Historia del Cine al realizar Million Dollar Baby, una película estricta con los parámetros formales del séptimo de arte y rebosante de vitalidad con las viejas reglas que componen la narración de acontecimientos. Demostró lo que uno puede conseguir ciñéndose a unos dogmas más antiguos que él, y por extensión, mucho más complicados y perros que el cagarro de película llamado Inland Empire.
Pero no se enfade, que yo también tengo mi opinión, eh? y escribiendo gratis...