Un esperado film de la cineasta argentina que divide las aguas aún entre sus más fieles seguidores.

La película si bien mantiene la mayoría de las características que hacen al cine de Martel muy suyo es la primera que rompe algunos de ellos. En primer lugar es la primer cinta donde la directora decide adaptar una obra, cuando nos tenia acostumbrados a contar historias propias; también decide dejar atrás a la protagonista femenina, centrándose en un protagonista hombre, de época, funcionario de la Corona Española.

No se puede negar que es un película difícil, no apto para todos, cargada de simbolismo, silencios, diálogos de fondo casi inaudibles, planos estáticos, todo un tanto excesivo y asfixiante pero que a mi entender transmiten la atmósfera en la que trasciende la historia.  Aunque para algunos esto no sea tan bueno.

Personalmente creo que la adaptación no es algo que Martel logre llevar con soltura, la particularidad de su cine y su forma de contar historias hacen compleja una adaptación redonda, encajar un texto que no es suyo a su partitura cinematográfica es como mínimo complicado y Zama es un ejemplo de ello.

Nada malo puede decirse de la ambientación, la fotografía sublime, y unos planos exquisitos de ese paraíso natural donde fue rodada, los últimos 30 minutos de película son realmente pinturas en movimiento, escenas muy bien logradas y que seguramente resultaron difícil de filmar.

La adaptación del texto de Di Benedetto es un gran hito en la filmografía de Martel, que puede gustar o no, pero no puede negarse la valentia, aunque con algunos tropiezos, de llevar un texto al lenguaje cinematográfico dignamente.