No tiene el guión de "Aquí no hay quien viva" (muy buena).
No tiene la pretensión de "Cuéntame como pasó", remake cargante de la inolvidable serie americana "Aquellos maravillosos años".
No tiene médicos, ni camillas, ni hospitales (esos lugares de los que la gente huye en cuanto puede, menos en la tele). Para estudiarlo.
No tiene la dudosa intención de llegar a todos los públicos, mezclando pseudomelodrama con pseudocomedia bajo un estudio pseudosociológico generacional como "los Serrano" o "Médico de Familia".
Tiene a un tio cojonudo que es Carlos Iglesias (un cómico de verdad, además de gran actor) bordando el papel de antihéroe tipical spanish, que sigue haciendo gracia a pesar de ser un pesado (una característica de Benito), que es el motivo de la reposición y que sigue estando muy por encima de sus cargantes imitadores baratos de otras series, por muy campechanos y serranos que pretendan ser.
Sin pasar por alto a Manolo, ese personaje sufridor y bonachón, que tan dígnamente realiza un gran Ángel de Andrés.