Tienes los necesarios ingredientes de un buen melodrama, una historia oculta que da interés a la narración y que gracias a unos magníficos intérpretes, una muy buena ambientación y una dirección pausada pero sin pausas hace de esta película casi un clásico del género.
Sobresaliente Deborah Kerr, estupenda la jovencísima Hayley Mills y genial Edith Evans como la autoritaria abuela.
Muy recomendable.