Si Nolan consigue hacer de Origen una de las películas del año, no va a ser por casualidad. Tras adentrarse en el oscuro laberinto de la -falta de- memoria en "Memento", dar forma al grandioso puzle sobre el fin y los medios en "El Truco Final" y demostrar que se pueden reventar taquillas con sello propio con "Batman Begins" y "El Caballero Oscuro", el director nos ofrece un thriller que vendrá, seguro, a dejar su particular marca en la historia del género de ciencia ficción.

Nolan plasma su propia visión del mundo de los sueños, define sus propias reglas, les da coherencia y las rompe cuando es necesario. Oferta bajo ese caldo de cultivo un guión que, aunque sintéticamente pueda parecer simple (establecer una idea en alguien a través de su subconsciente), se torna realmente complejo debido un desarrollo denso, tanto en horizontal (tiempo) como en vertical (planos de ejecución), y que hará que el espectador deba realizar un auténtico ejercicio de aportación propia durante dos horas y media que le dejará satisfactoriamente exhausto.

La densidad del guión se ve dinamizada por unas altísimas dosis de acción, acertadas en su gran mayoría, brillantes en el resto. Joseph Gordon-Levitt protagoniza una secuencia de acción en los pasillos de un hotel que a buen seguro será recordada como una de las más soberbias de los últimos años. Unos efectos especiales realmente espectaculares y perfectamente encajados hacen el resto. Ver plegada la ciudad de París cual recortable es un espectáculo en sí mismo.

Esta prometedora ejecución va acompañada por un elenco de auténtico lujo, capitaneados por un DiCaprio que, como viene siendo habitual, da claros signos de convicción (a más de uno le gustaría preguntarle si es casualidad haber casi solapado papeles con tantos elementos coincidentes como son los de este Origen y los de la también grandiosa Shutter Island). La acertada sobriedad de Joseph Gordon-Levitt, la experiencia de Michael Caine son intervinientes destacados por la parte masculina. Una espectacular Marion Cotillard y una, quizá, algo más insípida Ellen Page ponen la contrapartida femenina.

Mención especial merece la increíble aportación de Hans Zimmer a la banda sonora. A la estela de las penetrantes trompetas que ya aparecían en 'El Caballero Oscuro', consigue sobrecoger cuando es necesario. Imponente y abrumadora.

Origen supone uno de las principales contrapartidas a la oferta 'blockbuster' veraniega, repleta de secuelas, remakes, adaptaciones y otras películas cuyo principal reclamo es presentarse en 3D. Optar por ella es dejarse llevar durante más de dos horas por un universo propio que, sin tener que ser plato de buen gusto para todos, a buen seguro convencerá a una gran mayoría. Si después de estar todo ese tiempo pegado a la butaca, al salir sientes que la película te ha resultado incluso corta, no será más que otra faceta común que tiene con un buen sueño.