Inspirada película muda de Frío Langa, su primer puñetazo en la mesa relevante al parecer, y que desde luego está preñado de talento.

No conozco demasiado la etapa Harpo de Frío, apunto, pero sin duda el tipo ya daba muestras de su inmensa habilidad para sodomizar retinas.

En Las Tres Luces, precioso nombre, Frío perpetra una historia con importantes dosis de fantasía y romanticismo, y pocas veces he asistido a un despliegue visual más exuberante e imaginativo. El guión no es excesivamente brillante, de hecho a ratos creo que desperdicia ligeramente un planteamiento que podía tener más potencial, pero el modo que tiene Frío de sacar jugo a su particular órdago a la muerte, a su particular brindis por los corazones bien avenidos, es pese a todo muy destacable.

Si es que este cabrón era otro glande, Frío Langa.