No es una gran película, pero es una buena película. A quienes moleste lo que cuenta, deberían volver a verla; porque no cuenta el conflicto afgano con la unión soviética, sino los entresijos de la política estadounidense, el odio hacia la unión soviética, independientemente de lo que esta haga. De cómo pueblos enfrentados ideológicamente, si esta palabra se puede emplear para religiosos extremistas, como musulmanes, e israelís o musulmanes y extremistas de derecha estadounidenses, se unen contra el gran demonio, el comunismo, aunque en realidad no sepan que es, y como los políticos norteamericanos son capaces de gastar millones en destruir y ni uno solo en construir.
Respecto a la película, Hanks esta sobreactuado en diversas fases del film, y Roberts no está nada convincente en el papel, pero, Philip Seymour Hoffman esta impresionante, sube muchos enteros cuando está en escena.
El guion parece recortado, como para evitar una película larga sobre política, le falta continuidad y le sobran escenas con helicópteros y música; la historia no está bien contada, te pierdes en ocasiones y no logras seguir el argumento, más que con suposiciones y “creo que era por eso”