Un hermoso biopic, que he disfrutado muchísimo: el encanto de Piaf, la niña con voz de gorrión, te acompaña toda la película, y no desaparece a pesar de la amargura. Desgarbada, imperfecta, inocente, apasionada, insolente, y con una sonrisa de las que iluminan una habitación entera... Una superviviente, que transformaba lo feo en sublime, con una voz que te arrulla, y hace que te balancees sin querer mientras miras dentro de ti.
Se logra el equilibrio de los diferentes elementos: la interpretación, la ambientación, el ritmo, los diálogos... lo que hace que una película te deje huella, y andes unos días recordándola.

ria-roria-roria-rioriaaa...