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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Ciencia ficción. Drama Matt Trent (Jon Hamm) y Joe Potter (Rafe Spall) están pasando unos días en un lugar remoto en medio de un paraje asolado por la nieve. El día de Navidad, Matt prepara la tradicional comida navideña, mientras que la canción "I Wish It Could Be Christmas Everyday" suena por la radio. Entonces, un extraño impulso empuja a Matt a explicar a Joe la razón por la que descubrió el lugar remoto en el que se encuentran ahora, un tema que nunca ... [+]
9 de enero de 2015
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
189/11(24/12/14) Notable especial de Navidad de esta fascinante serie de culto creada por Charlie Brooker para el Channel 4 británico, serie en la que se hace una corrosiva crítica al nocivo uso que se les puede dar a las nuevas tecnologías, lo hace desde una vertiente en la que especula con un futuro cercano con la magistralidad de hacérnoslo ver en el horizonte cercano. Su única salvedad es que me ha resultado una especie de mezcla de ideas ya tocadas en las dos temporadas. Además para los muy escudriñadores podrán ver más de un guiño a los 6 episodios pretéritos.

La historia arranca en una casa apartada del mundo durante una tormenta de nieve, allí viven dos tipos, Matt Trent (gran John Hamm) y Joe Potter (buen Rafe Spall), estamos en el día de Navidad, Matt está preparando la cena y de fondo se oye en la radio el villancico "I Wish It Could Be Christmas Everyday". Mientras charlan los dos nos enteramos que llevan allí 5 años, Matt intenta indagar a Joe porque aceptó estar allí, en este tiempo nunca se lo dijo, para romper el hielo Matt le cuenta porque está él, vemos un flash-back en que trabaja de guía para gente apocada que necesita los asesoren para ligar, esto Matt lo hace a través de un dispositivo en los ojos llamado “Z-Eye”, dirige a Harry (buen Rasmus Hardiker ), este se cuela en una fiesta navideña (lugar propenso a ligues fáciles), Harry desea relacionarse con una chica que le ha gustado, Jennifer (buena Natalia Tena), y Matt le aconseja. Tras este relato Matt le cuenta a Joe otro sobre como también se dedicaba a programar dispositivos en personas para que estos organizaran de modo omnímodo su vida diaria, vemos como Joe alecciona a Greta (buena Oona Chaplin), dispositivo alter ego de la susodicha Greta, este software no cree lo sea y no atiende a las indicaciones de Joe, este utiliza una táctica dura para intentar sofocar su resistencia. Entonces Joe se ablanda y cuenta a Matt su dura historia, estuvo casado con Beth (correcta Janet Montgomery), pero al quedarse ella embarazada su matrimonio se resquebrajó, separándose y derivando en intentar saber él el motivo real de su ruptura. Tras esto la historia deriva en un giro impactante.

El guión es del propio Brooker y está dirigido por Carl Tibbetts, realizador del gran episodio de la serie, “El Oso Blanco”, con una serie de historias entrelazadas retorcidas, ofreciéndonos un sugestivo inicio que nos provoca incógnitas sobre que está pasando realmente, y se cierra de forma excelente, atando todos los cabos. Nos sumen en un relato alambicado sórdido, inquietante, entrelazadas las historias de modo ingenioso, con giros de guión inteligentes, con la clásica visión pesimista de la serie, con composición de personajes expuestos con fabulosa síntesis, consiguiendo empaticemos con los protagonistas, sumiéndonos en el increscendo dramático hasta su perverso final. Con enorme mordacidad en un episodio especial de poco más de 70 minutos, se analiza nuestra obsesión por grabarlo todo, por estar comunicado con redes sociales, por tener esclavos software a nuestro servicio que al querer asemejarlos a nuestra personalidad se humanicen, crítica con agudeza que en nuestro afán de que la las nuevas tecnologías nos faciliten la vida estamos cayendo en decadencia más absoluta. Resulta una fábula tríptica en la que en una ambientación malsana, en la que todas las subtramas tienen en común el uso extendido en la sociedad futura de las lentillas Zed, a través de ella se comunica visualmente Harry, el aspirante a ligón, mediante ellas se implanta el software gemelo de personalidad, con IA, y con ellas se pueden imponer opacar a quien se quiera, siendo meras sombras pixeladas.

La serie nos sumerge en una pesadilla con efluvios al novelista de ciencia-ficción Philip K. Dick, con connotaciones existencialista, bebiendo de clásicos como el Mito de Sisifo o el de Frankenstein, e incluso recordando al reciente film “Her” de Spike Jontze. Se tocan temas ya abordados a lo largo de la serie como el control de la mente, los peligros de jugar a ser Dioses creando IA, los límites de la privacidad, la individualidad, realidades paralelas, los implantes cerebrales, la obsesión por el control total, todo esto es desarrollado de modo perspicaz, sin dártelo masticado, y provocando a la reflexión sobre hacia a donde vamos, y llevándote hacia un final bastante desconsolador y inconsolable (spoiler).

John Hamm demuestra un tremendo carisma, una fuerte personalidad, empatía, una tremenda naturalidad, estremecedor como come tostadas mientras condena al tedio a una IA, o con que soltura guía al que quiere ligar, brillante. Rafe Spall está espléndido, exponiendo en su relato protagónico una escalofriante amargura y angustia, en un increscendo doloroso que nos cala, hasta llegar a ese rostro desencajado en la cocina, excelente. Entre las secundarias destacar a Oona Chaplin en su desasosegante encarnación del software, un corto rol que deja huella por su poder conmovedor. (continua en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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