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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Terror. Thriller. Intriga Adam se despierta encadenado dentro de una decrépita cámara subterránea. A su lado, hay otra persona encadenada, el Dr. Lawrence Gordon. Entre ellos hay un hombre muerto. Ninguno de los dos sabe por qué está allí, pero tienen un casette con instrucciones para que el Dr. Gordon mate a Adam en un plazo de ocho horas. Recordando una investigación de asesinato llevada a cabo por un detective llamado Tapp, Gordon descubre que él y Adam son ... [+]
2 de noviembre de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
162/01(01/10/14) Sobrevalorado thriller con rasgos de terror gore, una exitosa serie “B” de nimio presupuesto, con director novel, James Wan, con el mismo de guionista junto a Leigh Whannell, también protagonistas, construyen un efectista producto pretendidamente original pero que en realidad bebe de muchos otros films e historias, lo de desconocidos que aparecen de la nada encerrados en un habitáculo y que no se fían unos de otros es algo que huele bastante a la genial “Cube”, lo de un psicópata ingenioso que busca víctimas en la hipocresía social y en sus pecados es algo que recuerda sin duda a “Seven”. Es un film que se aguanta con amenidad la primera vez que se ve, si no se piensa mucho y se pone en suspenso cualquier atisbo de verosimilitud, se va mantenerte enganchado en su red de preguntas, hasta que llegamos a su tramo final donde una traca de sinsentidos hace implosión que con la intención de sorprenderte lo hacen pero es por los totalmente increíble que se nos destapa. Además Wan no delinea con esmero a los personajes, quedando acartonados y sin hondura alguna, lo cual hace nos importe poco lo que les pase, a esto se añade un trabajo actoral, que va de lo de otro día en la oficina a lo lastimoso, sobresaliendo un nefasto Danny Glover. Wan en su empeño de primerizo de innovar y dejar huella se envuelve en un estilo videoclipero epiléptico de montaje mal utilizado, a destiempo, para hacernos alejarnos de la acción aún más.

Los guionistas del film James Wan y Leigh Whannell, tras terminar en la escuela de cine, decidieron hacer un film con sus escasas posibilidades económicas, y se inspiraron en dos films de bajo presupuesto, The Blair Witch Project y Darren Aronofsky 's Pi, y para rebajar costes partieron de la idea de meter a 2 hombres en una habitación, e incluso en un ascensor con solo la imagen de las cámaras de seguridad, Wan propuso que los 2 hombres estuvieran encadenados a lados inversos de un cuarto de baño con cadáver en el centro, y con los 2 tipos intentando desentrañar el porqué de la situación, y el final sería el original de la cinta. El personaje de “Jigsaw” surgió cuando Whannell comenzó a tener dolores de cabeza, llegó a pensar sería un tumor cerebral, acudió a un neurólogo para le hiciera pruebas, y en la sala de espera se le ocurrió que pasaría si le dieran la noticia de que tenía el tumor y que morirías en 1 o 2 años, pensó en “Jigsaw” como “justiciero” que haría pensar a gente en el valor de la vida. Así que una vez tenido el guión necesitan la plata y para convencer a productores realizaron un corto homónimo dirigido por James Wan, en él veremos el fragmento del largo en que una persona despierta con una trampa de osos invertida en su mandíbula, con la diferencia que en el corto el protagonista es un hombre y en el film es una mujer, alcanzando su objetivo de poder hacer el largometraje, con poco dinero, rodada en pocos días, derivando en una exitosa serie “B” del terror que ha creado una franquicia popular.

Los guionistas en su banal propuesta tocan el tema moralista de la mentira, de la hipocresía, de la demagogia y de que hay que saber valorar la vida, pero esto abordado de forma trivial, intentaran que el espectador juegue a ponerse en el lugar de la víctima y se pregunte qué haría en su lugar, lo hacen echando mano de imágenes truculentas, mutilaciones, evisceraciones o combustiones humanas. Buscan la originalidad en un asesino que no mata, hace que los demás en su desesperación por sobrevivir se maten o maten, esto resulta muy trilero, puesto que si yo sé que un tipo va a pasar por un camino, hago un agujero coloco serpientes venenosas y cae, yo no lo he matado, se ha matado él, muy tramposo. Lo que si hace Wan es seguir la premisa fundamental de que en los 10 primeros minutos atrapar al espectador con la miel de encerrarnos e ir dejándonos miguitas de pan en forma de pistas, para después contarnos mediante flash-backs algunos de los retorcidos “juegos” de “Jigsaw”: Un tipo intentando salir de un laberinto de alambre de púas, otro desnudo y bañado en napalm debe encontrar a la luz de una vela en una pared con combinaciones mil la que abre una caja fuerte con el antídoto al veneno mortal que tiene inyectado, además con el suelo forrado de trozos de cristal, o la de una mujer con un cepo invertido en su mandíbula que debe encontrar la llave de la trampa en las tripas de un tipo sedado, antes de que termine la cuenta atrás.

Pero a medida que avanza la acción las grietas narrativas se hacen más evidentes, intentan magnetizarnos con imágenes perturbadoras que acuden a nuestro subconsciente de niños, la del “monstruo” en el armario que después nos ataca cual fantasma embutido en una sábana queda muy efectiva pero muy artificiosa. Si logra crear una atmósfera enfermiza-feista deprimente, haciéndola por mementos inquietante, acudiendo a nuestros miedos infantiles-primarios, con lugares sin luz natural, sin ver la el sol, en lugares siempre cerrados e infundiendo tenebrismo. A wan no parece preocuparle la coherencia de lo que cuenta, lo forzado de las situaciones, su misión es impactar al espectador y para ello tiro de giros argumentales incontables, tantos que se le va la mano y termina por darte igual quien sea el asesino, con lo que cuando llega el esperado shock final no te sacude, tampoco ayuda la edificación de un villano tan irregular, el otro recurso del que tira Wan es el estridente manejo del sonido haciendo a este elemento un protagonista más haciendo que hasta donde no llegan los fotogramas llegue los ruidos y resonancias turbadoras.

El ritmo nos es fluido, se atasca en tramos, son momentos prescindibles, y otros desviantes de la atención, no ayuda la parece necesidad imperiosa del director en exhibirse con elementos supuestamente muy modernos, flash-backs no siempre bien utilizados, persecuciones regularmente llevadas, edición acelerada superflua buscando resonar en el espectador,… (continua en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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