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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
9
Comedia. Drama Chance es un hombre peculiar. Su vida se reduce a cuidar el jardín de la mansión de un hombre adinerado y a ver la televisión el resto del día. Pero, cuando el dueño de la casa muere y Chance es despedido, no está preparado para hacer frente al mundo exterior. Tiene, sin embargo, la suerte de conocer a Eve, una buena mujer que lo acoge en su casa. Lo paradójico es que, poco a poco, este hombre analfabeto pero extremadamente cortés ... [+]
9 de enero de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
402/13(15/12/22) Notable fábula satírica estadounidense que deconstruye con mordacidad a la sociedad, a su superficialidad de la masa, a lo fácil que es manipularla, su culto a las apariencias (se le toma en serio desde el principio por la millonaria por llevar un buen traje hecho a medida), a sus ansias de crear ídolos, creer en guías místicos puros que los guíen en tiempos de crisis (hay que tener en cuenta el contexto del año en que se estrenó, 1979, cuando USA estaba en crisis de identidad tras la desastrosa Guerra de Vietnam, el Watergate que conllevó la dimisión de Nixon, y con Jimmy Carter de POTUS, considerado uno de los peores presidentes de la Historia en su debilidad [prueba de ello fue la crisis del secuestro de la embajada USA en Teherán] y falta de carisma). Ataca a la televisión como medio ‘atontizador’ (uno de los geniales running-gags es la querencia de Mr. Chance por su mando a distancia, es lo único que le preocupa cuando muere su jefe, o como pretende cambiar de ‘canal’ por la calle cuando algo no le gusta [cuando le amenazan unos muchachos con una navaja]) su poder para crear ídolos con pies de barro, también a los medios de comunicación que se dejan arrastrar por los populismos, lanza dardos certeros contra la política y sus arrogantes mandamases que se creen inteligentes y sagaces, cuando no son más que vendedores de crecepelo, incluso tiene pellizcos de gags racistas (esa maravillosa Ruth Attaway, criada negra, cuando lo ve en la televisión, comenta a sus amigos que definitivamente es un mundo de hombres blancos… viendo por tv a Mr. Chance, sabiendo ella que es un simple y lo han entronizado por ser blanco). Dirigida con ritmo sereno, pero pétreo por Hal Ashby, exponiendo un sentido del humor caustico en su vitriólica evolución, llegando a la cúspide de su carrera que eclosionó en esta década de los 70 con films como “Harold y Maude”, “El último deber” o “El regreso”, y que entraría en declive en los 80, cuando fallecería prematuramente (1988).

Con muy inteligente guion del polaco Jerzy Kosiński (controvertido escritor, tuvo muchas polémicas con acusaciones de plagios, mucho de ello fomentado por las autoridades comunistas polacas; Kosinski a los 57 años se suicidó, el 3 de mayo de 1991, tomando una dosis mortal de barbitúricos, su habitual ron con Coca Cola, y asegurándose del resultado introduciendo su cabeza en una bolsa de plástico. Dejó una nota: "Me he ido a dormir por un rato mayor de lo habitual. Llamad Eternidad a ese rato"), que adapta su propia novela homónima de 1970, con aportaciones no acreditadas de Robert C. Jones. Historia de un hombre sin identidad, analfabeto, ha pasado toda su vida sin salir de una casa donde trabajaba como jardinero, y todo lo que sabe del mundo es por programas de tv, que debe abandonar forzadamente la casa en la que creció y salir al mundo, cruzándose por azar con un rico e influyente matrimonio que toma su parquedad de palabra y sus disquisiciones sobre botánica como un signo de inteligencia superior, un cierto sentido claros antecedentes de “Zelig” (1983) y “Forrest Gump” (1994), manejando el resorte de ‘aventuras de pez fuera del agua’, provocando en su desarrollo diálogos ingeniosos, gags delirantes, y todo ello con flema y solidez narrativa, sin querer caricaturizar. Todo ello llevado en un crescendo dramático formidable, hasta desembocar en un final maravilloso tanto en como se quiere depositar el poder del maletín nuclear en una cáscara vacía-placebo, como en ese abierto a interpretaciones epílogo místico (que no estaba en la novela, pero que Kosinski si creó para la película).

Protagonizada por un extraordinario Peter Sellers que transpira humanidad, inocencia, ingenuo, actuación alejada de sus típicos histrionismos, contenida, sobria, seca, monocorde, sereno, impávido, excepto por una media sonrisa hueca de contenido, sin ser consciente de sus limitaciones, con solo un momento en que sus sentimientos le desbordan, tan gélido como asexual (prueba de ello es su singular escena de sexo). Su sencillez es tomada por hondura de pensamiento. Su falta de pasado es tomada por el FBI y la CIA (en un tramo desternillante) como muestra de lo importante que es por ser alguien que alguna agencia de inteligencia ha ocultado sus datos. Sus monólogos escuetos (apenas unos segundos, que parecen soflamas-slogans para ser emitidos en telediarios) sobre la jardinería son tomados como metáforas sesudas sobre la política, elevado a los altares por considerarlo un mesiánico filósofo, cuando solo es placebo para las masas. Todo esto lo transmite el actor con gran fuerza dramática, dejando traslucir emociones tras su rostro de desconcertado. Sellers durante ocho años, presionó a Kosinski a que le concediera el derecho de interpretar al protagonista.

Hay secundarios en jugosos roles como Shirley MacLaine encarnando a Eve con una notable vis cómica, teniendo buena compenetración con Sellers; Melvyn Douglas está sensacional como el ricachón consejero del POTUS, manteniendo una química estupenda con Sellers, transpirando calor entre ambos, excelso su carisma; Jack Warden como el presidente derrocha personalidad, con ese gran encuentro con Mr. Chance, con ese desconcierto con el FBI y CIA sin poder saber quién es ese ‘Gardiner’, y con su peculiar relación con su esposa (Alice Hirson ) y los ‘acercamientos’ de esta; Richard Dysart está muy bien como Ben, el médico personal del anfitrión de Mr. Chance, él único que se da cuenta de quien es realmente este, muy buena su expresividad observándolo y sin querer hacer sangre; Richard Basehart da vida a un diplomático soviético en una jocosa escena con Mr. Channce, donde compara a Chance con Ivan Krylov (1769-1844), un satírico ruso que escribía fábulas, reflejando las condiciones políticas de su país. Chance se ríe cuando le habla en ruso, lo cual hace pensar al europeo que sabe su idioma eslavo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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