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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Intriga. Fantástico Un militar despierta aturdido, en una especie de enorme cilindro metálico, junto a cuatro personas más sin nada en común entre sí: un payaso, una bailarina, un gaitero y un vagabundo. Desconocen quiénes son ni qué es lo que hacen ahí encerrados. Aunque los otros cuatro personajes parecen resignados a la situación después de un tiempo, el militar les convence para buscar juntos la manera de escapar del lugar, y tras varias tentativas, ... [+]
2 de septiembre de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
322/32(31/08/21) Sugerente episodio 79 (décimo cuarto de la tercera temporada, el que se emitió con motivo de la Navidad) de la icónica serie de antología televisiva The Twilight Zone creada por Rod Serling para la CBS. Tiene un punto de partida intrigante, cargado de misterio, provocando interés en ver como se resolverá, teniendo un desarrollo cautivador, con personajes bien trazados (que al carecer de personalidad, se expresan por su vestimenta), sobre todo el protagonista militar (William Windom expone la negación a aceptar este presidio) y el payaso (Murray Matheson borda su papel con gran energía y vis ácida cómica), influenciando al film de culto canadiense de 1997 “Cube”. Tocando temas como la búsqueda de la identidad, el no rendirse nunca, o el saber trabajar en equipo para conseguir los objetivos.

Capítulo dirigido por Lamont Johnson, que de los ocho que capitaneó lo consideró su favorito. Lo malo es que su resolución resulta (para mi gusto) poco satisfactoria, casi una tomadura de pelo en lo absurdo que resulta. Aunque en su favor me ha gustado como los protagonistas juegan con descifrar con teorías el porqué de su ‘problema’, lo cual hace paradójicamente que todas ellas queden descartadas, este juego meta-catódico es muy mordaz.

Narración de apertura: Payaso, vagabundo, bailarín de ballet, gaitero y un comandante del ejército: colección de signos de interrogación. Cinco entidades improbables se pegaron juntas en un pozo de oscuridad. Sin lógica, sin razón, sin explicación; solo una prolongada pesadilla en la que el miedo, la soledad y lo inexplicable caminan de la mano entre las sombras. En un momento, comenzaremos a recopilar pistas sobre los por qué, los qué y los dónde. No acabaremos con la pesadilla, solo la explicaremos, porque esta es la dimensión desconocida.

Un uniformado del Ejército USA (William Windom) como mayor, se despierta atrapado dentro de un cilindro metálico de grandes dimensiones, donde se encuentra con un vagabundo (Kelton Garwood), una bailarina con tutu (Susan Harrison), un gaitero (Clark Allen) y un payaso (Murray Matheson), irónicamente, parece ser el que entre todos ellos que razona más. Todos tienen diferentes teorías sobre su presencia aquí, aunque admiten que ninguna es realista. Tampoco recuerdan quiénes son, o cómo quedaron atrapados, y no parecen tener necesidad de comida o agua. El mayor, siendo el más reciente, es el más decidido a escapar.

Posee el capítulo un aire absurdo en el comportamiento de los personajes, transmitiendo sensaciones lóbregas, con el gaitero tocando el instrumento, con la bailarina danzando, o con el payaso soltando comentarios cínicos a cada plan de escape del militar. Toda una travesía por diferentes etapas emocionales en este inquietante relato, donde solo el militar busca desesperadamente la salida, los otros cuatro parecen llevar mucho tiempo allí, tanto que parecen resignados a su cautiverio. El militar remueve las esperanzas del grupo. El angosto y diáfano escenario es aprovechado por el director para con la cámara emitir en sus tomas singulares zozobra, jugando con la iluminación para provocar sensaciones de niveles siniestros.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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