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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Bélico A principios de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), tuvo lugar la llamada batalla de Inglaterra, en la que la Aviación Británica (la RAF) se enfrentó a la poderosa Luftwaffe alemana para salvar a Inglaterra de la invasión. (FILMAFFINITY)
12 de diciembre de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
401/10(09/12/20) Interesante docudrama británico que tiene más de didáctico que de valores dramáticos. Una recreación fría de la llamad Batalla de Inglaterra, la que aconteció en los cielos de la Pérfida Albión en 1940. Dirige Guy Hamilton (acababa de estar a los mandos del último Bond, “James Bond contra Goldfinger ” y posteriormente dirigiría dos más, “Vive y deja morir” y “El hombre de la pistola de oro”) de modo plano, donde el aliciente está en las tomas de los enfrentamientos aéreos entre los dos bandos, y que seguramente ni dirigió él (lo haría alguien de segunda unidad), en lo que es un típico producto de esos años donde se hacían películas sobre batallas de la WWII, primando el espectáculo sobre una buena historia, despojando de sustancia al metraje, quedando en un cuasi-documental, como fueron “Tora, Tora, Tora”, “La Batalla de Midway” o “El día más largo”, producciones épicas adornadas por un elenco de intérpretes famosos para dar vida a personajes muchos de ellos reales, en este caso, Sir Laurence Olivier como Sir Hugh Dowding y Trevor Howard como Keith Park, también Michael Caine, Ralph Richarson, Harry Andrews, Michael Redgrave, Christopher Plummer, Robert Shaw, Edward Fox, Ian McShane, o Susannah York, ninguno de ellos con un desarrollo mínimo, roles acartonados, que por acumulación intentan apabullar y con ello rellenar cartel y atraer espectadores, pero que ninguno tiene dimensión humana, no habiendo un mínimo hilo conductor todo se siente deslavazado y dramáticamente anárquico. Hay algunos elementos estimables de dramatizaciones como cuando Goering observa desde Calais por unos prismáticos los acantilados Blancos de Dover, o el discurso de Hitler, o el contraste de la festiva comida de mandos aéreos nazis del inicio comparada con la del final, pero esto son set pieces que no dan empaque dramático alguno.

El guión de James Kennaway y Wilfred Greatorex se basó en el libro The Narrow Margin de Derek Wood y Derek Dempster, iniciando el relato en la génesis del conflicto, cuando las fuerzas expedicionarias U.K. fueron arrinconadas en la francesa localidad de Dunkirk, como se prepararon ambos bandos, mientras Alemania pretendía llegar a un acuerdo de paz con U.K. en la embajada de esta nación en Suiza (el embajador alemán, Baron von Richter [excelente Curd Jürgens], propone oficialmente nuevos términos de paz a su homólogo británico, Sir David Kelly [gran Ralph Richardson], afirmando que seguir luchando contra los "amos" de Europa es inútil. La valiente respuesta de Kelly, "No nos amenace ni nos dicte hasta que esté marchando por Whitehall... e incluso entonces no escucharemos", es seguida por un comentario privado a su esposa de que von Richter probablemente tiene razón), hasta que las hostilidades se desataron en los cielos. Es aquí donde la cinta echa el resto, con impresionantes escenificaciones aéreas de los combates, ello manejando los mismos aparatos que fueron, donde el productor Harry Saltzman se vanagloriaba de que tenía el 35º Ejército del mundo con su colección de aparatos que tenía para la filmación, tardó 3 años en reunir 100 aviones, de los cuales solo 31 estaban en condiciones de volar, ello además con el asesoramiento militar de varios de los presentes reales en la contienda (Douglas Bader, James Lacey, Robert Stanford Tuck, Adolf Galland y o el propio Dowding), asimismo gran reflejo en tierra del tiempo (sus aeródromos, refugios en metro, ciudad de Londres, los cuarteles, las de seguimiento con mapas, …).

Se agradece se dé una visión del otro bando hablando en su alemán natal, no como en otras cintas que se les hacía hablar inglés, pero lado que se muestra un tanto caricaturesco en su arrogancia, epítome la figura del Mariscal Goering (Hein Riess), cual oso en cacharrería se comporta. Lo bueno de las escenas de acción (que terminan por hacerse repetitivas), no pueden ocultar su insustancialidad emocional, nunca conectas con los personajes, por lo que cuando estos sufren, padecen o mueren sientes la nada más absoluta, no hay empatía necesaria para se sienta más allá de un documental dramatizado por actores de renombre. Lo que termina haciendo que su metraje de más de dos horas se sienta aún más largo. Todo termina por sentirse como ver esos símbolos que se empuja en el gran mapa, algo pedagógico, pero nulo en sensaciones.

La Batalla se inicia en lo que los tetones denominaron el “Día del Águila”, donde la misión es devastar los aeródromos de la RAF, hacerlos colapsar. Estos primeros compases son reflejados con un gran impacto visual en las explosiones, los vuelos de los aviones, el caos provocado, ello mezclando imágenes reales con maquetas y vuelos teledirigidos, sesteado por planos generales y primeros planos de los pilotos estresados, con unos salpicados de sangre que se notan más falsos que un euro de madera. Pero se nota algo blandito a la hora de mostrar muertos, esto es exhibido con demasiado pudor, impidiendo provocarnos el horror que debería, y no me vale que estemos en el 1.969, pues Sam Peckinpah este mismo año estrenó “Grupo Salvaje”, donde si enseñaban el pavor de la violencia sin pudor mojigatero. A esto siguen un sinfín de enfrentamientos aéreos filmados con toda profusión de medios, pero al nunca identificarme o empatizar con los contendientes no siento casi nada. Nos enteramos de como un error de cálculo alemán (bombardearon Londres sin pretenderlo) hizo encadenar una serie de acontecimientos que provocó el cambio de estrategia nazi, y con ello se pegó el tiro definitivo en el pie... continua en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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