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Voto de TOM REGAN:
6
30 de agosto de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
238/26(27/08/23) Atractivo, intenso y a pesar de ello irregular thriller psicológico realizado por el polaco Roman Polanski, con el que ganó el Festival de Berlín de 1966 (ganó a la bastante mejor española “La Caza” de Caros Saura), impulsando a Hollywood su carrera. Segunda producción en inglés de Polanski, coguioniza junto a Gerard Brach (colaborador habitual de Polanski en la escritura con "Repulsión”, “Tess” o “Piratas”), libreto escrito por ambos tres años antes, imbuidos de sentimiento misógino remanente de que sus parejas les habían abandonado, siendo el personaje de Teresa (Françoise Dorleac) esposa de Georges (Donald Pleasence), un alter ego de ellas, mientras George está basado en un mediocre productor que revoloteaba sobre la mujer del cineasta.
Protagonizada por Donald Pleasence, Françoise Dorléac (hermana de Catherine Deneuve, precisamente protagonista del anterior film de Polanski, “Repulsión" de 1965) y Lionel Stander, también cuenta con Jacqueline Bisset (acreditada como Jackie Bisset) en pequeño papel, sigue a dos gánsteres heridos que se refugian en el castillo (donde Sir Walter Scott escribió “ Rob Roy “) de una remota isla de una joven pareja británica en el norte de Inglaterra, lo que da pie turbadores juegos de poder, análisis sobre la masculinidad, sobre el dominio del macho, temas ya tocados por el director en su opera prima “El cuchillo en el agua”, con un argumento con muchas similitudes, la que hace a esta una cuasi versión de esta con alginas variaciones, donde se cambiaba el aislado castillo por un velero en un aislado lago, donde la testosterona que ‘invade’ el matrimonio era un joven núbil donde el marido veía amenazado el ‘corral’ por la lozanía de este, aquí es un tipo maduro y duro que sabe ver en el matrimonio las debilidades con que manipularlos. Aquí en vez del acomplejado pero impulsivo marido del velero, tenemos a un timorato y apocado esposo, de hecho, en la primera escena lo vemos travestirse de mujer con camisón y maquillado, tipo que soporta inerte las humillaciones del gangster, y en vez de una mujer que contempla la lucha de gallos, hay una mujer que manipula a uno y el otro cual pendón.
En realidad, la historia es una variación del thriller de William Wyler “Horas desesperadas” (1955), con epicentro en una ‘home invasion’, solo que a Polanski le interesa más los juegos y enfrentamientos psicológicos que una trama policial. Es un ejemplo de gran parte del cine ‘polanskisiano’, donde en muchas de sus obras reluce un estilo teatral, enclaustrando a un número reducido de personajes en un estrecho lugar y allí entre ellos se generan dinámicas de poder (la mencionada “El cuchillo en el agua”, pero también “La muerte y la Doncella”, “Un Dios Salvaje” o “La Venus de las pieles”) y sumisión, generando inquietud y claustrofobia, como la que consigue aquí con su trio protagónico. Habiendo un tramo en que tenemos una visita de varias personas donde reluce el humor negro, para terminar exponiendo que uno d ellos protagonistas ha evolucionado mediante el lado oscuro que les ha ‘invadido’. Film que tiene un tramo de inicio cautivador, pero que a medida que avanza pierde fuerza, le faltan ideas y lo que hace es enfatizar y subrayar lo ya mostrado. Aun teniendo por el desarrollo algunos muy buenos momentos, teniendo una gran actuación en Stander, fabuloso como el amenazante criminal. A este respecto de la actuación, Donald Pleasence puede resultar algo histriónico, aunque sabe mostrar la debilidad humana y la falta de valor; Françoise Dorléac derrocha sensualidad con un rol de femme fatale al que sabe dotar de picardía.
El final precisamente (mi entender) no suma, demasiado aparatoso, no han sabido finalizarlo y Polanski tira de un akelarre desproporcionado.
La acción tiene lugar en un castillo situado en la costa frente al mar, en un paraje alejado y aislado, durante un fin de semana de agosto. Narra la historia del matrimonio formado por Georges (Donald Pleasence) y Teresa (Françoise Dorléac), casados desde hace 10 meses, que mantienen una extraña relación de pareja. Él es un antiguo industrial inglés, que vendió sus activos para adquirir el castillo. Tímido, apocado y neurótico, es de carácter débil y vive sometido a la esposa. Ella es francesa, ex-prostituta, caprichosa, tierna, ninfómana e infiel. Tiene como amante a Christopher (Ianin Quarrier), hijo de los vecinos más próximos. Una mañana de verano llega al lugar un extraño visitante, Richard (Lionel Stander), delincuente, que busca refugio para él y su compañero herido, Albie (Jack McGowran). Tras tentar el terreno, se apodera del lugar a punta de pistola y toma a Georges y Teresa como rehenes.
Posee un arranque brillante el film, provocando tensión e interés. Primero con ese plano general de un auto por una carretera desierta empujado por un hombre y con un tipo herido al volante, y estrellándose lentamente contra un poste. Tras ello el tipo grandote que empujaba va en busca de ayuda y se mantiene observante, primero con una pareja de jóvenes que retozan sexualmente en la playa, luego ‘invadiendo’ un castillo sobre un monte, donde roba huevos del corral, se esconde para seguir espiando a la mujer de la playa, ahora con su marido, un tipo de mediana edad (con lo que sabemos le pone cornamenta). Luego nos centramos en el matrimonio, de como ella juega con el esposo humillándolo haciéndolo vestirse con camisón, pintándole los ojos, destrozando con ello su masculinidad. Ello hasta que tenemos el encuentro del matrimonio con el ‘invasor’.
En el núcleo estamos ante un triángulo de relaciones. Donde principalmente se contrastan los caracteres de los dos hombres, con Richard como tipo adusto, duro, grande, poderoso físico, con arrugas, cínico, violento. Mientras Georges es un tipo tímido, cobarde, se deja mangonear por la mujer, que lo veja cuanto puede, intenta ocultar sus complejos sexuales poseyendo un castillo sobre un monte, al que claramente Freud llamaría sustituto fálico... (sigo en spoiler)
Protagonizada por Donald Pleasence, Françoise Dorléac (hermana de Catherine Deneuve, precisamente protagonista del anterior film de Polanski, “Repulsión" de 1965) y Lionel Stander, también cuenta con Jacqueline Bisset (acreditada como Jackie Bisset) en pequeño papel, sigue a dos gánsteres heridos que se refugian en el castillo (donde Sir Walter Scott escribió “ Rob Roy “) de una remota isla de una joven pareja británica en el norte de Inglaterra, lo que da pie turbadores juegos de poder, análisis sobre la masculinidad, sobre el dominio del macho, temas ya tocados por el director en su opera prima “El cuchillo en el agua”, con un argumento con muchas similitudes, la que hace a esta una cuasi versión de esta con alginas variaciones, donde se cambiaba el aislado castillo por un velero en un aislado lago, donde la testosterona que ‘invade’ el matrimonio era un joven núbil donde el marido veía amenazado el ‘corral’ por la lozanía de este, aquí es un tipo maduro y duro que sabe ver en el matrimonio las debilidades con que manipularlos. Aquí en vez del acomplejado pero impulsivo marido del velero, tenemos a un timorato y apocado esposo, de hecho, en la primera escena lo vemos travestirse de mujer con camisón y maquillado, tipo que soporta inerte las humillaciones del gangster, y en vez de una mujer que contempla la lucha de gallos, hay una mujer que manipula a uno y el otro cual pendón.
En realidad, la historia es una variación del thriller de William Wyler “Horas desesperadas” (1955), con epicentro en una ‘home invasion’, solo que a Polanski le interesa más los juegos y enfrentamientos psicológicos que una trama policial. Es un ejemplo de gran parte del cine ‘polanskisiano’, donde en muchas de sus obras reluce un estilo teatral, enclaustrando a un número reducido de personajes en un estrecho lugar y allí entre ellos se generan dinámicas de poder (la mencionada “El cuchillo en el agua”, pero también “La muerte y la Doncella”, “Un Dios Salvaje” o “La Venus de las pieles”) y sumisión, generando inquietud y claustrofobia, como la que consigue aquí con su trio protagónico. Habiendo un tramo en que tenemos una visita de varias personas donde reluce el humor negro, para terminar exponiendo que uno d ellos protagonistas ha evolucionado mediante el lado oscuro que les ha ‘invadido’. Film que tiene un tramo de inicio cautivador, pero que a medida que avanza pierde fuerza, le faltan ideas y lo que hace es enfatizar y subrayar lo ya mostrado. Aun teniendo por el desarrollo algunos muy buenos momentos, teniendo una gran actuación en Stander, fabuloso como el amenazante criminal. A este respecto de la actuación, Donald Pleasence puede resultar algo histriónico, aunque sabe mostrar la debilidad humana y la falta de valor; Françoise Dorléac derrocha sensualidad con un rol de femme fatale al que sabe dotar de picardía.
El final precisamente (mi entender) no suma, demasiado aparatoso, no han sabido finalizarlo y Polanski tira de un akelarre desproporcionado.
La acción tiene lugar en un castillo situado en la costa frente al mar, en un paraje alejado y aislado, durante un fin de semana de agosto. Narra la historia del matrimonio formado por Georges (Donald Pleasence) y Teresa (Françoise Dorléac), casados desde hace 10 meses, que mantienen una extraña relación de pareja. Él es un antiguo industrial inglés, que vendió sus activos para adquirir el castillo. Tímido, apocado y neurótico, es de carácter débil y vive sometido a la esposa. Ella es francesa, ex-prostituta, caprichosa, tierna, ninfómana e infiel. Tiene como amante a Christopher (Ianin Quarrier), hijo de los vecinos más próximos. Una mañana de verano llega al lugar un extraño visitante, Richard (Lionel Stander), delincuente, que busca refugio para él y su compañero herido, Albie (Jack McGowran). Tras tentar el terreno, se apodera del lugar a punta de pistola y toma a Georges y Teresa como rehenes.
Posee un arranque brillante el film, provocando tensión e interés. Primero con ese plano general de un auto por una carretera desierta empujado por un hombre y con un tipo herido al volante, y estrellándose lentamente contra un poste. Tras ello el tipo grandote que empujaba va en busca de ayuda y se mantiene observante, primero con una pareja de jóvenes que retozan sexualmente en la playa, luego ‘invadiendo’ un castillo sobre un monte, donde roba huevos del corral, se esconde para seguir espiando a la mujer de la playa, ahora con su marido, un tipo de mediana edad (con lo que sabemos le pone cornamenta). Luego nos centramos en el matrimonio, de como ella juega con el esposo humillándolo haciéndolo vestirse con camisón, pintándole los ojos, destrozando con ello su masculinidad. Ello hasta que tenemos el encuentro del matrimonio con el ‘invasor’.
En el núcleo estamos ante un triángulo de relaciones. Donde principalmente se contrastan los caracteres de los dos hombres, con Richard como tipo adusto, duro, grande, poderoso físico, con arrugas, cínico, violento. Mientras Georges es un tipo tímido, cobarde, se deja mangonear por la mujer, que lo veja cuanto puede, intenta ocultar sus complejos sexuales poseyendo un castillo sobre un monte, al que claramente Freud llamaría sustituto fálico... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
…En el vértice del triángulo está Teresa, especie de ninfómana que la conocemos retozando con un vecino en la playa, engañando al marido, hermosa joven que utiliza su sensualidad en su favor para manipular a hombres, esposa castradora, expuesto esto simbólicamente cuando le hace travestirse al inicio a su esposo. Polanski utiliza uno de sus leit-motive como es un grupo de personajes detestables, con los que es difícil empatizar.
Se puede llegar a ver como comedia negra sobre el clasismo, el invasor representa a la clase baja y el matrimonio del castillo a la decadente clase alta, con sus vicios e hipocresía. Reflejado desde el comienzo cuando llega Richard al castillo hambriento en claro ejemplo de las clases necesitadas, en contraposición al transgresor juego de travestis que tiene el matrimonio, de hecho, George tiene su primer encuentro con el criminal vestido de mujer con ojos pintados. Y hasta se puede entender como una revisión moderna desmitificadora de un cuento de hadas, donde un supuesto Ogro irrumpe en el castillo del Príncipe y la Princesa, aunque este Príncipe no es precisamente valiente, y no es capaz de enfrentarse al Ogro, y la Princesa no es una desvalida que necesite ser rescatada, más bien es una picarona que no duda en ponerle los cuernos a su principito con un vecino.
Hay una visita inesperada con la llegada de unos amigos de George, donde para seguir la farsa de la ‘home invasion’, el criminal termina haciéndose pasar por el criado del matrimonio, aquí el humor grotesco-caricaturesco roza el absurdo con algunas situaciones, donde Teresa juega con su situación de poder sobre Richard, con George defendiéndolo y Richard comportándose de forma que me hace recordar al film de Joseph Losey basado en un guion de Harold Pinter “El Sirviente” (1963). En este tramo se mezclan hipocresía, falsas apariencias, cometas, huevos fritos, un niño irritante, un tirón de orejas, insultos, un disparo a una vidriera, la tensión es latente, pues los invitados notan que algo no va bien allí, y al final la catarsis de George, que pareciera tocado por la personalidad de Richard.
Tiene una gran puesta en escena. Empezando por su excelente diseño de producción de Voytek, con esa ese escenario aislado del mundo del castillo en una isla con un hilo umbilical de mareas; con una brillante cinematografía en glorioso b/n de Gilbert Taylor (“Teléfono Rojo? Volamos hacia Moscú” o “La Profecía”), con quien había trabajado anteriormente Polanski en Repulsión, con cielos nublados que parecen aplastar a los protagonistas, jugando dramáticamente con los picados y contrapicados, con planos holandeses para expresar la zozobra mental, proyectando opresión ambiental, ello atomizado porque en muchos planos la cámara acoge a los tres personajes juntos, llenando el objetivo y con ello creando sensación de presión., sobre todo por como Richard se ve como un gigante junto a la prreja. También es destacable una escena con un plano secuencia de 7 minutos y medio, la del baño de Teresa en la playa; La música es del habitual Krystoff Komeda (“El baile de los vampiros” o “Rosemary’s Baby”), hasta que en 1969 murió de un accidente de tráfico, bañando los fotogramas de melodías jazzísticas con tonos de sintetizador, imprimiendo un clima extraño, acorde con la historia.
La película se rodó en 1965 en la isla de Lindisfarne (también conocida como Holy Island) frente a la costa de Northumberland, Inglaterra. El castillo de Lindisfarne, que sirvió de hogar en la película, ahora es propiedad del National Trust y el público puede visitarlo.
Spoiler:
Cuando George, seguramente influenciado por el carácter de Richard toma fuerzas y valor para echar de su casa a los metomentodo visitantes, y les grita: “Ahora coged todas vuestras cosas y largaos de mi… fortaleza!”
Me queda una película algo arrugada por el tiempo. Pero que es interesante en deconstrucción de la masculinidad (aunque es mejor con similar argumento “El cuchillo en el agua”). Gloria Ucrania!!!
Se puede llegar a ver como comedia negra sobre el clasismo, el invasor representa a la clase baja y el matrimonio del castillo a la decadente clase alta, con sus vicios e hipocresía. Reflejado desde el comienzo cuando llega Richard al castillo hambriento en claro ejemplo de las clases necesitadas, en contraposición al transgresor juego de travestis que tiene el matrimonio, de hecho, George tiene su primer encuentro con el criminal vestido de mujer con ojos pintados. Y hasta se puede entender como una revisión moderna desmitificadora de un cuento de hadas, donde un supuesto Ogro irrumpe en el castillo del Príncipe y la Princesa, aunque este Príncipe no es precisamente valiente, y no es capaz de enfrentarse al Ogro, y la Princesa no es una desvalida que necesite ser rescatada, más bien es una picarona que no duda en ponerle los cuernos a su principito con un vecino.
Hay una visita inesperada con la llegada de unos amigos de George, donde para seguir la farsa de la ‘home invasion’, el criminal termina haciéndose pasar por el criado del matrimonio, aquí el humor grotesco-caricaturesco roza el absurdo con algunas situaciones, donde Teresa juega con su situación de poder sobre Richard, con George defendiéndolo y Richard comportándose de forma que me hace recordar al film de Joseph Losey basado en un guion de Harold Pinter “El Sirviente” (1963). En este tramo se mezclan hipocresía, falsas apariencias, cometas, huevos fritos, un niño irritante, un tirón de orejas, insultos, un disparo a una vidriera, la tensión es latente, pues los invitados notan que algo no va bien allí, y al final la catarsis de George, que pareciera tocado por la personalidad de Richard.
Tiene una gran puesta en escena. Empezando por su excelente diseño de producción de Voytek, con esa ese escenario aislado del mundo del castillo en una isla con un hilo umbilical de mareas; con una brillante cinematografía en glorioso b/n de Gilbert Taylor (“Teléfono Rojo? Volamos hacia Moscú” o “La Profecía”), con quien había trabajado anteriormente Polanski en Repulsión, con cielos nublados que parecen aplastar a los protagonistas, jugando dramáticamente con los picados y contrapicados, con planos holandeses para expresar la zozobra mental, proyectando opresión ambiental, ello atomizado porque en muchos planos la cámara acoge a los tres personajes juntos, llenando el objetivo y con ello creando sensación de presión., sobre todo por como Richard se ve como un gigante junto a la prreja. También es destacable una escena con un plano secuencia de 7 minutos y medio, la del baño de Teresa en la playa; La música es del habitual Krystoff Komeda (“El baile de los vampiros” o “Rosemary’s Baby”), hasta que en 1969 murió de un accidente de tráfico, bañando los fotogramas de melodías jazzísticas con tonos de sintetizador, imprimiendo un clima extraño, acorde con la historia.
La película se rodó en 1965 en la isla de Lindisfarne (también conocida como Holy Island) frente a la costa de Northumberland, Inglaterra. El castillo de Lindisfarne, que sirvió de hogar en la película, ahora es propiedad del National Trust y el público puede visitarlo.
Spoiler:
Cuando George, seguramente influenciado por el carácter de Richard toma fuerzas y valor para echar de su casa a los metomentodo visitantes, y les grita: “Ahora coged todas vuestras cosas y largaos de mi… fortaleza!”
Me queda una película algo arrugada por el tiempo. Pero que es interesante en deconstrucción de la masculinidad (aunque es mejor con similar argumento “El cuchillo en el agua”). Gloria Ucrania!!!