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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Intriga ¡Bienvenidos al Sherlock de 1895! Para el detective más famoso del mundo y su mejor amigo, algunas cosas continúan igual: la amistad, la aventura y sobre todo... los asesinatos. ¿Por qué se sorprende Thomas Ricoletti de ver a su mujer con su vestido de boda? Porque apenas unas horas antes la vio morir... El fantasma de la señora Ricoletti ahora parece recorrer las calles con sed de venganza, y sólo Holmes y el doctor Watson pueden hacer ... [+]
14 de enero de 2016
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
06/06(06/01/16) Divertido y entretenido especial de Navidad de la serie creada por Stefen Moffatt Y Mark Gatiss para la BBC, basada en los populares personajes salidos de la mente de Sir Arthur Conan Doyle, siendo el buque insignia el icónico detective Sherlock Holmes. Esta serie tuvo la particularidad de trasladar a los personajes al SXXI contemporáneo con memorable sinergia con el espíritu de Doyle, este especial dirigido por Douglas Mackinnon tiene la singularidad de devolvernos a Sherlock y su gente al tiempo en que fue pensado, la época victoriana en Londres, lo hace con pericia, con mucho humor, con un buen ritmo, con evocadoras situaciones homenajes a los clásicos escritos de Doyle, con una premisa interesante, como es costumbre en la serie homenajeando algún título de Conan Doyle, en este caso “Las cinco semillas de naranja” (1891). En el lado malo está que conforme avanza su trama se hace más difusa, pierde atractivo, sobre todo con un giro que desvirtúa todo lo visto hasta entonces, sintiéndome estafado, cayendo la historia en una introspección psicológica del protagonista bastante estrambótica, haciendo del episodio algo confuso y banal en su resolución, bien cogida en homenajes a capítulos claves de la saga, pero haciendo de lo visto un juego de trileros en el que nada queda resuelto.

La historia arranca en el Londres victoriano de finales de SXIX, allí Sherlock Holmes (Bennedict Cumberbatch), junto a su inseparable socio el Dr. Watson (Martin Freeman), ahora casado con Mary (Amanda Abbington), son requeridos por el inspector Lestrade (Rupert Graves) para intentar resolver el enigmático caso de “La Novia Abominable”. Emilia Ricoletti (Natasha O'Keeffe), en el día de su aniversario de boda se viste con su traje de novia, y desde el balcón de su casa dispara indiscriminadamente a la gente que pasa por la calle, tras lo que se pega un tiro en la boca, lo más desconcertante es que horas después Emilia dispara con una escopeta a su marido letalmente en el pecho. En el caso tendrán importancia el hermano de Sherlock, Mycroft (Mark Gatiss, coguionista de la serie) y el archienemigo del mítico detective, Moriarty (Andrew Scott).

El gran magnetismo del episodio es ver la interacción de estos personajes que hemos visto funcionar en mundo moderno, verlos como encajan en la época victoriana, lo desarrollan muy bien ambientado, un viaje al pasado evocador, arrancando en autoguiño a la serie igual que el piloto, con Watson volviendo a Londres tras servir en la Guerra de Afganistán, en este caso la anglo-afgana de la década de 1880, está el primer encuentro de este con Sherlock en la morgue, terminando alojados los dos en el 221B de Baker Street, tras lo que hay una elipsis temporal, Holmes y Watson acaban de resolver el caso del carbunclo azul, rindiendo homenaje explícito a la serie de la década, “Las aventuras de Sherlock Holmes” (1984-1994) de la cadena ITV, protagonizada por Jeremy Brett y Edward Hardwicke, esto en la melodía que se oye al llegar al 221 Baker St, tema de la serie de los 80. Me ha gustado que desde el principio Sherlock descartara lo simplón y obvio de manidos recursos, que hubieran sido que la solución al enigma de la asesina venida de los muertos, que fuera una gemela o un acto sobrenatural. Muy bien manejadas las apariciones de la “Novia Abominable”, dan escalofríos su imagen y acciones dantescas cuasi-espectrales, como esa puesta en escena marcadamente gótica, ejemplo el tramo en la mansión atacada por el fantasma, o en la secuencia en el laberinto, muy sugestiva. También el realizador utiliza recursos visuales apoyados en efectos visuales con gran sentido estético, como el modo turbador en que nos relatan un hecho con trucos visuales formidables de parar la imagen girar la cámara alrededor de los personajes y mostrar en el centro de la acción y de la calle el salón de Sherlock Holmes, o cuando Sherlock recopila información de unos recortes de periódico, estos flotan ante sus ojos y el detective los mueve a modo de puzle.

Los personajes están correctamente delineados, cobrando relieve el hermano de Sherlock, Mycroft, con la imagen que lo describió Doyle de obeso mórbido, aprovechando esto para hacer running-gag los hermanos sobre la gula de Mycroft y en cuanto tiempo le provocará esta la muerte. Encarnados por lkos actores con estupendo brío, propio de alguien que lleva mucho tiempo interpretándolos, destacando un gran Benedict Cumberbatch, aportando carisma y fuerte personalidad, Martin Freeman con su mesura y aplomo, un Mark gatiss hilarante, en una especie de copia del obeso de los Monty Python de “El sentido de la vida”, y Andrew Scott que en su poco tiempo demuestra una gran raza en transmitir ser un villano sutil e inteligente. Sobre todo es un relato en que se explora la compleja personalidad de un disfuncional tipo, sus tormentos personales, sus fantasmas, sus obsesiones, su paranoia, o su complicada relación con las mujeres, dejando ese extraño guiño Sherlock a Irene Adler cuando vemos su foto en el reloj de bolsillo del detective.

Pero al conjunto le falta solidez, carece de ser un conjunto pétreo, en su cambio de registro se retuerce demasiado hasta provocar el alejamiento del espectador al desconcertarlo con su giro, cayendo en lo onírico mezclado con el tiempo actual, esto hace que el desarrollo se atasque, perdiendo fuelle y fuerza el episodio, un tiempo atropella al otro dejando las dos vertientes arrugadas, estando la tercera, la onírica bastante cogida por pinzas, con el ya sobado tema de las drogas como inductor de mundos paralelos, convirtiéndose el capítulo en una trampa de hora y media. Da tantos giros sobre sí mismo que al final termina por marear al espectador, pareciendo al final que el episodio iba hacia ningún lado, con última parada en medio de la nada.
(sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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