266/10(12/11/17) Divertida parodia del cine de vampiros (palabra que no se pronuncia en todo el metraje) a cargo del polaco Roman Polanski, que con 35 años hacia su cuarta realización y primera en color, producción británica para la mítica compañía especializada en el terror, la Hammer, rodada en bellos exteriores de los Alpes italianos (en los dolomitas), el director escribe junto a su habitual co-guionista Gerard Brach un homenaje en modo sátira (ya remarcado esto desde el mítico logo de la MGM del león ARS GRATIA ARTIS, transformándose en un dibujo de un vampiro de rostro verdoso y afilados colmillos que chorretean sangre, esto en contra de Polanski) de la clásica historia de Drácula, aquí el Conde Von Krolock, donde no faltan toda la ristra de clichés como la posada de lugareños temerosos, los ajos, los crucifijos, los espejos, el castillo, el castillo, el siervo tullido, los ataúdes, las bellas novias del vampiro jefe, las estacas, y por supuesto los caza-vampiros, en este caso la clásica pareja del veterano experimentado y el aprendiz pardillo, produciendo una encantadora mezcla de comedia, terror y aventuras. Destacando sobremanera la fabulosa y elegante ambientación donde Polanski refleja su gusto por el detalle, derivando en una hermosa cinta, componiendo una deliciosa atmósfera cuasi-onírica de cuento de hadas, ayudado por los parajes, la fotografía y la epidérmica música. Dirigida de modo vigorosos, deleitándonos con algunos momentos líricamente preciosos (ejemplo el rapto de Sarah Shagal en la bañera por el conde). En su contra cierta desorientación en su desarrollo, quedándose (en mi modesta opinión) a medio camino de la parodia y del terror, siendo algo plúmbea, sin terminar de hincar el diente sobre lo que quiere ser, esto acentuado por gags que si pero no.

Cinta que ha pasado a la historia por ser en la que se conocieron Polanski y la guapa Sharon Tate (considerada la mujer más bella del mundo), se casaron el 20 de enero de 1968 (en Londres), estando embarazada de ocho meses y medio, Roman estaba de viaje de trabajo en Londres y ella en su casa en las afueras de Los Ángeles cuando fue brutalmente asesinada, por seguidores de la secta "La Familia" dirigidos por su líder Charles Manson en su casa (junto a cuatro personas más), la madrugada del 9 de agosto de 1969. Así que verla con la perspectiva del tiempo, un tipo sanguinario que la secuestra y Polanski intentando salvarla estremece.

La película atrapa desde su sugerente inicio, los créditos de arranque sobre una enorme luna y con una escalofriante música de coros, tras esto la cámara se aleja y deja ver un vasto paraje blanco nieve, por el centro un carruaje de caballos avanzando, un primer plano de la pareja de pasajeros, un joven y un viejo, ambos abrigados pero con sus rostros helados, de pronto una jauría de lobos aparecen rabiosos para atacarles, el joven nervioso intenta avisar al cochero y a su compañero pero los dos no responden, lucha como puede contra los animales, hasta que huyen. Llegan de noche a una posada, donde el viejo es recogido en rigidez de helado, siendo reanimado con diferentes técnicas entere el barullo dela gente en el interior de la posada, los pies del joven y el viejo son metidos en un barreño con agua caliente y una mujer le masaje a estos, entonces el joven queda embelesado con el escote de la mujer, el viejo se reanima y observa algo y sonríe, se lo señala a su discípulo, son ristras de ajos por todos lados de la posada (sigo evidente del miedo a los vampiros); En esta entrada queda patente el espíritu de aventura, la comedia, el terror, el erotismo, brillante mezcolanza en pocos minutos.

Film de fino humor, sin acudir a lo vulgar o brocha gorda, hilando con pericia algunos gags, manejando el tempo narrativo con inteligencia, un relato que entretiene, con un ritmo trepidante, donde no hay parones, siempre están sucediendo y avanzando los acontecimientos, con un vitalismo desbordante influenciado por su colorido alegre, alejado del expresionismo de las sombras remanente del género, con unos personajes perfectamente delineados en sus estereotipos clásicos, sumado a originales como el vampiro homosexual, u otro chupa-sangre judío inmune a los crucifijos. La ambigüedad de lo gris no tiene cabida, es la eterna lucha del Bien contra el Mal. Detenta diálogos mordaces, ingeniosos, jocosos, pero sin caer en lo estrafalario propio por ejemplo del humor tipo Mel Brooks, ejemplo es el maravilloso entente entre el Profesor y el Conde Von Krolock donde los dos saben lo que son cada uno, y sin embargo fingen de modo sofisticado yendo por otros derroteros para guardar de modo flemático las apariencias y sus falsas máscaras de actuación. Polanski riega la cinta de escenas de fascinante beldad, sabiendo jugar con el blanco nieve-virginal mezclado con marrón madera y gris piedra.

Jack MacGowran está excelente como profesor hilarante, de un bufonesco y chistoso espléndido, sorprende saber que solo tenía 49 años cuando rodó, lo que deriva en alabar la magna labor de maquillaje de Tom Smith (“El resplandor” o “El retorno del Jedi”); Roman Polanski cumple bien como discípulo del profesor, destapando una vena cómica muy gestual y expresiva; Alfie Bass bueno como el pícaro posadero, muy burlesco su rol de posterior vampiro judío, ocurrente su imagen en el ataúd a los pies del vampiro Herbert, acurrucado cual perro; Ferdy Wayne queda muy elegante como el Conde emulo de Drácula; Terry Downes como el tullido “esclavo” del Conde da bien con su imagen fachosa, con joroba, pies enormes, cabello enmarañado, y dentadura exagerada; Pero sobre todo será recordada de la cinta la hermosa y sexy Sharon Tate, no hace una actuación muy llamativa, pero exhibe belleza sublime, y sobre todo embestida por el enfoque del halo trágico que da el tiempo.