262/29(20/07/09) El final de la trilogía ha traído consigo la mejor de las tres partes, esta me ha emocionado, me ha calado, no así las otras dos, que siendo buenas no aportaron más que la cansina mala suerte de un muchacho Hindú, o quizás es que a fuerza de ver las tres partes seguidas me he hecho un poco al tempo del cine del director, pues para mí la historia de Apu ha ido in crescendo, hasta emanar en esta bella y colosal historia de amor, historia de amor de las que se te quedan, con unas interpretaciones inmensas, capaces de transmitir con sus miradas, con sus silencios, con sus sonrisas, nos atrapan, somos participes de esta cruel narración, en la que sufrimos con Apu y se nos pone la piel enervada con su final. Un argumento que nos cuenta las andanzas de Apu (Soumitra Chatterjee) que por casualidad encuentra al amor de su vida, Aparana (Sharmila Tagore) un amor que deriva en un cruel desenlace que le hará vagar sin ton ni son por la India buscando motivos para seguir viviendo hasta que por fin en una escena desbordante de sensibilidad, te conmoverá, de una ternura deliciosa, de esas que nos congratulan con el poder del cine, con la magia de un instante, la sencillez con la que nos transmiten amor, es un sublime colofón a una desigual trilogía en la que ha merecido la pena adentrarme, me siento un poco más ciudadano del mundo después de verla y al final haber llegado a este brillante film. Recomendable a los que gusten de historias de amor eternas. Fuerza y honor!!!