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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Comedia Rusia, principios del siglo XIX. En un pueblo ruso, Boris Grushenko vive obsesionado con la muerte y con su prima Sonia, aunque ella prefiere a Iván, uno de los hermanos de Boris. Pero Iván se casa, y Sonia, por despecho, contrae matrimonio con un rico comerciante de pescado. Obligado por su familia, Boris se alista en el ejército para luchar contra la Francia napoleónica e, inexplicablemente, se convierte en un héroe de guerra. Y, a ... [+]
10 de septiembre de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
144/21(30/08/15) Muy divertida comedia del genial Woody Allen, aún en su época de films de humor alocado y rebosante de slapstick claramente influenciados por el cine mudo, sobre todo de Chaplin, como de otros comediantes como los hermanos Marx o Bob Hope, en lo que es una delirante parodia de la literatura rusa (la familia de Allen tiene sus raíces en Rusia), riéndose de Dostoievski y Tolstoi, y de obras como “Los hermanos Karamazov”, “Crimen y castigo”, “El idiota” o “Guerra y paz”. Asimismo tira de su profunda cinefilia Allen para homenajear con chispa a cineastas como Eisenstein y varios momentos de “El Acorazado Potemkin” (1925) y “Alexander Nevsky” (1938), o a al sueco Ingmar Bergman con “El Séptimo Sello” (1957) con la aparición de la muerte o en el final satirizando el del film “Persona” (1966). Es un relato que se desarrolla a ritmo trepidante, encadenando gag sobre gag, mezclándose tramos disparatados, surrealistas, absurdos, anacrónicos, rupturas de la cuarta pared, con otros más sutiles que tiran de la filosofía para reírse de ella. En este film, tras sus gags hilarantes subyace rascando un Woody con ganas de dar ya algo de profundidad a sus obras, habla de temas que en los que basará gran parte de su obra posterior, más dada a reflexionar con hondura sobre el amor, la infidelidad, la religión, la moralidad, la cobardía, el sexo o la muerte, tras este film se embarcaría en la oscarizada “Annie Hall”, con bastante humor pero dejando a los personajes desarrollarse, a este le seguiría la oscura y sombría “Interiores”, desprovista de cualquier tipo de humor, por tanto esta “Love & Death” (me gusta más el título original) es el principio de transición del cien alleniano. Con esta que abordo Allen salió a Europa a rodar, haciéndolo en Francia y Hungría, tuvo multitud de problemas, el mal tiempo, una intoxicación alimentaria y varias lesiones físicas, a esto se sumó las grandes dificultades derivadas del multilingüismo de la “tropa” de rodaje, provocando que Allen jurara no volver a rodar más fuera de USA, lo mantuvo durante 21 años, hasta que en 1996 rodó en París y Venecia “Todos dicen I love you”.

Allen desarrolla su farsa sobre la base de una divertida narración voz en off del protagonista, discurriendo la acción a modo acelerado, a base de situaciones paradójicas, de frases ingenioso-punzantes, con expresiones de doble sentido, sacando punta graciosa a las reflexiones existenciales, ello con cinismo bufonadas constantes, riéndose del costumbrismo ruso, riéndose de la arrogancia y petulancia narcisista de Napoleón, haciendo chanzas de las medallas al valor, haciendo caricaturas de los duelos a muerte, metido todo en una coctelera nos da un film irregular en su metraje, la acumulación de gags se siente como set-pieces, con hilo conductor escaso, en su favor hay que decir que las fenomenales comedias de los Marx tampoco eran un alarde de argumentos, pero esta en sus picos buenos, son buenísimos, con humor fresco y chispeante, que aguanta el paso del tiempo por su atemporalidad. Una obra bajo la que subyace de modo ligero la Universal idea de que las guerras son un absurdo, que el amor es algo caprichoso y que la muerte es demasiado importante como para tomarla en serio.

La puesta en escena resulta de lo más realista, rodándose en Francia y Hungría, con una brillante dirección de arte de Willy Holt (“El tren”, “Julia” o “Adios muchachos”), con bellos palacios, llanuras para las batallas preciosas, con bucólicos parajes como el del plano final, y esto realzado por la maravillosa fotografía de Ghislain Cloquet (“Noche y niebla”, “Al azar de Baltasar” o “Tess”), muy naturalista, resaltando la viveza de colores, el cromatismo del verde esperanza, con mucha luz, propia de la comedia, con sugestivos travellings, con lindas panorámicas, aportando dinamismo. Para imprimir autenticidad también está el vestuario diseñado por Gladys de Segonzac (“Que tal, Pussycat?” o “Trapecio”), con esplendorosos vestidos femeninos, asimismo con los trajes militares y los costumbristas rusos. La música resulta un recurso fascinante para marcar a fuego el carácter bizarro del film, con melodías populares de la música tradicional rusa, la del ucraniano Sergei Prokofiev dotando de ritmo y sabor ruso a la acción, siendo fenomenal "De Prokofiev Troika" del film “El teniente Kijé” que abre y cierra el film, para la batalla se adorna con la música (Prokofiev) de un film de Eisenstein cantata para Alexander Nevsky , también se oye la “Marcha” de Prokofiev “El amor de las tres naranjas”, o cortes de “La flauta mágica” de Mozart, o de Boccherini con “Cuarteto de cuerdas”, otorgando efluvios paradójicos entre la épica y la sorna.

Woody Allen hace de Woody Allen, como Chaplin hacia de Chaplin, o John Wayne de John Wayne, y lo borda, con vis cómica sensacional, da a su Boris esa gama de neurotismo tan típica de su personaje, con una verborrea tsunami memorable. Diane Keaton le da la réplica de forma magnífica a Woody, con una mezcla entre cinismo y causticismo, y entre los dos protagonistas una impresionante química. El resto del elenco tiene poca cancha, Zvee Scooler como el padre de Boris da una patina patética-delirante a su rol. Alfred Lutter como el joven Boris sabe empatizar y mimetizarse con su alter ego de mayor. Olga Georges-Picot como la condesa dota de sensualidad pícara su personaje. Harold Gould como el prometido de la condesa da carisma y fuerte personalidad. James Tolkan como Napoleón y su doble le confiere esa prepotencia guiñolesca que se le supone.

Momentos recordables: Diálogo surrealista entre el joven Boris con la Muerte, esta última <Eres un joven interesante. Nos volveremos a ver>, Boris < Oh, no, no se moleste>; El padre de Boris con la finca que piensa legar a su vástago, un palmo de tierra (literalmente) que lleva siempre consigo; El sargento que da adiestramiento a la tropa rusa es un tipo de color con acento cubano, chiste claramente político;... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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