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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Romance. Intriga. Drama Julie Roussel viaja desde Francia a la isla de La Reunión para contraer matrimonio con un hombre al que no conoce, pues sólo han mantenido una relación epistolar. Se trata de Louis Mahé, el rico propietario de una plantación de tabaco. Al ver a su novia, Louis queda sorprendido, pues es mucho más bella que en fotografía, pero su entusiasmo le impide detenerse a pensar en esa extraña circunstancia. (FILMAFFINITY)
10 de octubre de 2021
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
354/32(30/09/21) Irregular aunque recomendable drama psicológico mezclado con el cine negro (en este caso polar francés) dirigido por François Truffaut y protagonizada por Catherine Deneuve y Jean-Paul Belmondo. El propio Truffaut adapta la novela de 1947 “Waltz into Darkness” del neoyorkino Cornell Woolrich, que también escribió la obra que adaptó magistralmente Hitchcock “La ventana indiscreta” (1954), lo remarco porque esta cinta es claramente deudora del cineasta de la oronda papada, sobre todo en su primera mitad, con efluvios a una mezcla entre “Vértigo” (1958) y “Marnie” (1964), donde el cineasta galo hace una oda a la clásica ‘femme fatale’, para ello nada mejor que una rubia (fetiche hitchcockiano: Grace Kelly, Kim Novak, o Tippy Hedren) de retorcida protagonista, aunque con lo dicho, Truffaut dedica el film al director Jean Renoir (habiendo referencias en la película a obras como “La marsellesa” y “La caporal épinglé”; Además de hacer gala de la cinefilia con referencias a Johnny Guitar”). Ello haciendo en el metraje introspección del amor fatal, del amor autodestructivo, del patológico, donde se juega dualmente con el título, directamente el nombre del navío que lleva a la protagonista al encuentro del co-protagonista, pero claramente una alegoría del carácter de ‘Sirena’ de la Odisea de Homero, donde bellas mujeres mitad hembras, mitad peces encantan con sus cantos y belleza a curtidos guerreros para llevarlos a la locura. Pues eso representa aquí el rol de la Deneuve, una mujer fría que manipula y engaña una y otra vez a este hombre, manejando su belleza y sensualidad cual canto hipnótico. La película tiene una primera parte tractiva y cautivadora, pero en su segunda parte las costuras se le ven demasiado, sin saber bien que rumbo tomar se queda a medio camino de la nada, con un comportamiento un tanto disperso de los protagonistas.

Empezamos la cinta y ya tenemos que darle una licencia dramática gorda, y es que nos tengamos que creer que un muchimillonario apuesto, que vive en una isla paradisiaca tenga que buscar novia por correspondencia, esto me chirría cual tren descarrilando, hay que salvar esta valla para poder entrar en el juego que pretende la trama. Luego que tengamos que creer que este empresario que no parece precisamente un pardillo, trague con que la foto que le envió la mujer no era la suya, y el tío se quede tan campante. Y entonces podemos disfrutar de un film intrigante, sexy (arrolladora la Deneuve en la cúspide de su beldad), cargado de elegancia, con simbolismos visuales ingeniosos (como el del pájaro enjaulado, representando a la protagonista), con hermosas tomas rebosantes de luz de la isla índica. Tenemos un hábil juego de miradas, de gestos, de arteras manipulaciones, todo un increscendo de miguitas de pan que terminan explotando tras una carta. Y entonces Belmondo se transforma en un especie de Stewart de “Vértigo” (la casualidad también jugando en ambas para encontrar a la mujer), perdido entre lo que creía percibir y la realidad, su mundo se tambalea, tenemos un tramo donde acaba implosionando mentalmente, hasta que todo se destapa y la pareja inicia una huida desesperada hacia ninguna parte, perdiéndose la historia, en un sin fin de atropellos a la razón, aun con sus buenos momentos (esa vuelta de Belmondo de isla Reunión con la Deneuve vistiéndose sexy para él y haciéndose la dormida para que la acaricie), me resulta la idea muy clara sobre el amor irracional , la lujuria irrefrenable, el morbo de lo malo, pero se va desinflando lenta y agónicamente, sin saber a dónde va.

La película tiene su fuerte en el personaje de Julie/Marion, rubia gélida, marionetista de hombres, una víbora que no sabes bien que piensa, cuáles son sus intenciones, es una superviviente (cual paralelo al protagonista de “Los 400 golpes”), una nihilista ambiciosa y avariciosa, materialista y con arte en el manejo de sus armas de mujer. Encuentra en Louis (Belmondo) a un tipo que la ador y que será capaz de perdonar cualquiera de sus ‘desmanes’, esto nos hará dudar sobre el poder redentor del amor. La actriz parisina la encarna con enorme credibilidad, flota sobre la pantalla, resulta fascinante en cada pose, sus hombros desnudos, el modo de ponerse el liguero, espléndida, te puedes creer que un hombre pierda la cabeza por ella; Louis es menos verosímil, ya desde lo mencionado arriba de un rico joven y de buen ver que busca mujer por correspondencia me es grimante. Luego vemos que alterna comportamientos infantiloides de adolescentes con acné, como que de acceso a sus cuentas del banco a ella, y me pregunto por qué a dos? No tiene sentido, y menos depositar tanta confianza en alguien que hace poco que conoces. Luego deviene la catarsis, y Louis cae en que está tan enamorado que se dejará mangonear hasta las últimas consecuencias, no me cuadra como en muchos casos mide cada una de sus acciones, y luego es un guiñol manejado por ella a su antojo, capaz de matar e incluso dejarse matar si es preciso por ella. Todo tan radical como estridentemente orgánico con lo visto.

Todo discurre con buen ritmo hasta la parte final en que la historia se espesa, para llegar a su rush conclusivo sin aire, metiéndonos un acto de sacrificio tontuno (spoiler), que da origen a un momento que me es poco creíble (spoiler, acabando de modo naif.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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