239/30(26/07/11) Muy entretenida y divertida cinta del gran John Huston con guión de John Millius, dedicada a la legendaria vida del Juez Roy Bean, estrafalario personaje que forma parte de la iconografía del Fair West. Esta interpretado de modo arrollador por el coloso Paul Newman en pleno apogeo de su figura, lo compone a su aire se nota libre, desatado, a veces roza la sobreactuación, pero es que su carismática figura le daba para encandilar con su sola mirada, un titán que anula al que se le acerca, la cámara solo tiene ojos para él, uno de los más grandes, la dignidad copn la que dota su personaje, llenándolo de matices es espléndida. Huston caricaturiza el Oeste, nos lo presenta poblado por excéntricos personajes, es un fresco crepuscular sobre un mundo que agonizaba, aventureros-forajidos debían dejar paso a la modernidad, el boom del petróleo la representa. La cinta es un desmitificador retrato de la frontera, algo tan de moda en la década de los 70, donde se hacia una valerosa autocrítica a la Conquista del Oeste, arremete duramente pero con gracia contra los métodos empleados en ‘pacificar’ las nuevas tierras. El desarrollo de la cinta son postales de anécdotas del Juez, como se hizo Juez de Vinegarson al Oeste del Río Pecos en Texas, lugar frecuentado por forajidos y demás malhechores, como conoce a la mujer que lo amará, María Elena (Deliciosa Victoria Principal), como contrata a sus alguaciles, como se hace con un oso borrachín (Genial John Huston), su estrambótico duelo con Bob el Malo (Buen Stacy keach), la desastrosa aparición del abogado Frank Gass (buen Roddy McDowall), sus partidas de póker, el penoso episodio de ir a ver a su idolatrada Lily Langtry (Correcta Ava Gardner), el triste nacimiento de su hija Rose (inane Jacqueline Bisset), la aparatosa trifulca final, y el epílogo de la llegada al pueble de Lily Langtry, son episodios de la vida de un tipo peculiar, representación de los primeros pobladores de este inhóspito territorio, seres de fuerte carácter capaces de sobrevivir en horribles condiciones. La puesta en escena bebe del feísmo, es sucia, asquerosa, es el antiglamur, el ritmo al comienzo es trepidante pero a medida que avanza no mantiene la cadencia, decayendo en su tramo final, que no en el final que es una explosión de histrionismo escénico, todo una demostración de hiperrealismo violento-lírico.
Continua en spoiler sin spoilers.